A bordo de un carro que había sido robado en Santo Domingo de los Tsáchilas, tres sujetos armados llegaron la noche del sábado, 27 de abril, hasta un centro de rehabilitación clandestino que funcionaba en las calles 47 y Rosendo Avilés, en el suburbio de Guayaquil.
Ahí mataron a tres supuestos pacientes del lugar y dejaron heridos a otros tres, uno de ellos tenía boleta de captura.
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Varios videos del crimen múltiple se viralizaron. Incluso una grabación hecha desde el vehículo de los sicarios se compartió en redes sociales y mostraba a un hombre con fusil disparando contra la fachada del inmueble, donde había en total 30 pacientes y que tras este hecho violento fue clausurado.
Los agentes de Criminalística levantaron 47 balas de fusil y de pistola 9 mm.
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Los videos permitieron a la Policía, en menos de 24 horas, detener al sujeto que supuestamente sacó un fusil y realizó 25 disparos. Aún se busca a los otros dos implicados.
El sujeto identificado como Diego Z. B., de 29 años, fue capturado en el suburbio y el carro también fue recuperado.
El general Víctor Herrera, comandante de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), dijo que el tatuaje que tiene el sospechoso en el brazo derecho y la ropa que usaba durante el crimen sirve a los policías para presentarlo ante las autoridades.
Además, confirmó que tras los disparos los sicarios lanzaron cinco panfletos.
Las hojas tenían el nombre de la banda denominada cartel Nueva Generación Suburbio, una nueva agrupación que estaría tratando de ganar terreno en esa zona de Guayaquil.
Herrera dijo que hay 22 grupos delictivos, 12 de ellos son los más activos. Aunque no quiso dar detalles de esta banda, para no hacer apología del delito, advirtió que los centros de rehabilitación que funcionan paralelos a la ley serían la fuerza de choque de estas organizaciones. (I)