Pese a que Naranjal solo tiene 54.000 habitantes, en este cantón de la provincia del Guayas se han reportado ya 116 asesinatos durante este año. Hubo un incremento porcentual del 274 % frente a los 31 casos del año pasado.

Considerando a Guayaquil y Durán, que son de Guayas, pero pertenecen a la Zona 8, Naranjal es el tercer cantón de la provincia con más homicidios en lo que va del año. Y es la primera localidad de la Subzona Guayas (sin contar a Guayaquil, Durán y Samborondón) en cuanto a número de muertes violentas.

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Es tan compleja la situación de esta localidad, cuyos habitantes se dedican principalmente a la venta de cangrejos y mariscos, que ha llegado a registrar hasta cuatro y cinco asesinatos por jornada.

Eso ocurrió entre la tarde del 23 y la madrugada del 24 de junio, cuando con fusiles y en distintos barrios cuatro personas fueron asesinadas en Naranjal.

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A mediados de agosto pasado, Naranjal fue una de las localidades en las que la Policía Nacional detuvo a los sospechosos por el asesinato del alcalde de Manta, Agustín Intriago, perpetrado el 24 de julio. Los uniformados hicieron allanamientos en este cantón, en Guayaquil y en Manta (Manabí).

Un mes antes, el 18 de julio de 2023 fue el día más violento. En doce horas, cinco asesinatos se registraron en el cantón guayasense.

Jairo Potes, Ismael Perea, Francisco Yagual, Nelson Rodríguez y Fausto Aguirre fueron acribillados ese día en tres sectores.

Esto causó que al día siguiente muchos locales de Naranjal no abrieran por miedo a las balaceras.

Incluso algunos taxistas contaron que estaban mudándose a otros cantones y vendiendo sus vehículos, pues entre los fallecidos del 2023 hay también algunos profesionales del volante.

Un policía que investiga estos crímenes en la Subzona Guayas considera que esto es un efecto de la disputa de territorio entre bandas delictivas que se libra, especialmente, en la Costa ecuatoriana.

“El micro y narcotráfico generan gran cantidad de dinero y por eso tantas muertes”, comentó el uniformado, que pidió la reserva de su nombre por seguridad.

Él sostuvo que la mayoría de los fallecidos tenían antecedentes y procesos judiciales o estaban relacionados de alguna forma con actividades de tráfico de drogas.

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Sobre la resolución de los casos, este agente aclaró que la Policía actúa bajo la dirección de Fiscalía y esa entidad tiene sus tiempos.

“La investigación previa de un delito de asesinato puede durar hasta dos años. Y en varios casos se actúa en flagrancia, pero la gente por temor y por complicidad no quiere hablar, no da versión, peor entregar los videos de seguridad de los inmuebles”, reveló el uniformado, quien sostuvo que es bastante peligroso su trabajo.

En cuanto a las bandas que ocupan la zona, la Policía mencionó que Los Choneros son los más fuertes, pero hay células de otras organizaciones que se disputan los barrios para la venta de sustancias prohibidas.

Un ejemplo de esto es un triple crimen ocurrido el 17 de mayo en la población conocida como Jesús María, en la ciudadela Las Mercedes. Ese día tres hombres fueron asesinados en un inmueble.

La Policía llegó tras una alerta de disparos y halló los tres cuerpos. En la vivienda, que había sido alquilada semanas antes, solo había tres colchones en el piso.

En una pared cercana a los cadáveres encontraron escrita la frase “100 % Choneros tío Fito”.

“Fue un mensaje claro, no se van a dejar quitar la zona”, analizó un policía de la zona y añadió que hay muchos menores de edad involucrados en los crímenes.

Otros son víctimas de los ataques, pues algunos de los asesinatos se han dado afuera de unidades educativas.

Juan Aguayo, de 34 años, fue asesinado cuando acompañaba al colegio a su hijo de 15 años. Ocurrió el 5 de mayo, en el suceso el menor de edad también resultó herido de bala.

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El 10 de julio se dio un caso similar. Carlos Quinteros y Janeth Arámbulo, de 32 y 31 años, fueron asesinados afuera de una escuela en Naranjal, luego de dejar a su hija de 5 años en clases.

Al día siguiente, el 11 de julio, el cuerpo del vigilante Jonathan Asanza quedó tendido en la calzada junto a un vehículo de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), en una calle de Naranjal.

Fue asesinado a tiros al igual que su padre, quien habría muerto meses antes supuestamente en un intento de robo.

En la Subzona Guayas (sin incluir a Guayaquil, Durán y Samborondón) se han contabilizado 563 asesinatos en 2023. El año pasado, a la fecha, eran 271 casos. Esto representa un incremento del 108 %.

La tarde de este miércoles, 30 de agosto, durante una rueda de prensa en el Cuartel Modelo, en Guayaquil, el comandante de la Policía, general Fausto Salinas, reconoció que hay nuevos lugares a los cuales se está trasladando la delincuencia y que antes eran considerados sitios tranquilos.

“Y eso nos obliga a redireccionar todas las operaciones de forma permanente y dinámica”, mencionó el jefe policial y añadió que ya tuvieron una reunión con varios alcaldes para hacer un nuevo análisis de territorio y localizar los focos de delincuencia y violencia.

“Y también a las unidades que están trabajando en el sector se les va a apoyar con unidades externas de investigación, primero para analizar qué es lo que está pasando y, segundo, para operar en territorio estas áreas críticas”, recalcó Salinas. (I)