Veinte días después de la última masacre, nuevamente se activó la violencia en la cárcel de Guayaquil, y el sonido de las detonaciones se escuchaba la tarde del lunes 24 de octubre hasta al otro lado del río, en las urbanizaciones ubicadas en La Aurora.
Ya este martes, con la situación supuestamente bajo control, se conoció que el ataque ocurrió cuando personal de la empresa de alimentación había ingresado al recinto penitenciario.
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Supuestamente, reos del pabellón 2 amenazaron al personal con tomarse el vehículo con la comida.
Un grupo de privados de libertad avanzó hasta la parte externa del pabellón 9 y realizaron las primeras detonaciones.
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Según los investigadores, tras esto se activaron las otras áreas y los enfrentamientos se dieron en cuatro pabellones: 2, 7 , 9 y 10.
En la Penitenciaría del Litoral, solo en octubre, se han reportado ya 14 muertos y cerca de 25 heridos.
Los vecinos de las urbanizaciones y cooperativas de la zona fueron los primeros en dar la alerta.
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Tres reos resultaron heridos por los disparos. Bryan N. murió cuando era llevado a un hospital. Había recibido un impacto de bala en el pecho y se desangró.
Otro de los reos fue herido en el glúteo y el tercero recibió un disparo en la mano. Ambos se recuperan.
La mañana de este martes, familiares de varios presos llegaron a los exteriores de la Penitenciaría con boletas de excarcelación en la mano. Unos estaban desesperados y dijeron que hay órdenes que no han sido tramitadas desde la semana pasada.
Un adulto mayor también llegó a la Penitenciaría. Su hijo también debía ser liberado el viernes, pero continúa en la prisión.
Se conoció también que miembros del Grupo Especial de Acción Penitenciaria, junto con el director del Servicio de Atención a Privados de Libertad (SNAI), Guillermo Rodríguez, y el delegado provincial de la Defensoría del Pueblo, coordinaron acciones en torno a estos hechos. (I)