El cuerpo de Pablo quedó tendido en la vereda, en una esquina del colegio Sagrado Corazón, en el centro de la ciudad de Esmeraldas. Eran las 15:00 de un jueves cuando dos sujetos en una motocicleta lo interceptaron y lo balearon. Tenía 21 años, no registraba antecedentes penales y se dedicaba junto con otros jóvenes a dar servicio de transporte en su moto, desde el sitio donde fue asesinado.