Pese a ser una de las zonas de mayor plusvalía, cerca del ingreso a isla Mocolí, en la vía a Samborondón, no hay cámaras de seguridad y fue muy complejo encontrar las imágenes que permiten descubrir qué vehículo atropelló a Santiago Jaramillo y quién lo conducía la noche del 17 de agosto.

Publicidad

Han pasado seis meses y aunque quien causó el accidente estaría plenamente identificado e incluso ha enviado un escrito aceptando su culpa y pidiendo someterse al procedimiento abreviado, sigue en libertad.

Este jueves debía darse la audiencia de vinculación, pero esta se canceló, pues el abogado José Alberto Ampuero, quien representa al joven de 22 años que aceptó haber atropellado a Santiago y a su amigo que resultó con una pierna rota, dijo tener síntomas de COVID-19 y la audiencia se pospuso.

Publicidad

El sospechoso sí acudió a la Fiscalía de Samborondón, pasó junto al padre y a la viuda de Jaramillo y tras la decisión de la jueza de posponer la audiencia al 26 de febrero, se subió a su carro y se fue a su casa.

No solo la familia de Santiago se siente frustrada, incluso el fiscal Reinaldo Cevallos teme que el joven huya antes de conseguir la orden de prisión. El funcionario explica que no se lo pude detener si no ha sido vinculado formalmente al caso, pues así funciona la ley y cuenta que ya lo ha llamado a rendir su versión en tres ocasiones y no se ha acercado.

“La última diligencia se la puso hace unos diez días y dijo que estaba enfermo de COVID-19, pero ya se lo ha llamado por tres ocasiones. Nosotros hemos cumplido con el derecho a que sea escuchado, pero no ha comparecido. Primero dijo que no se pudo conectar y la última dijo que estaba con COVID-19. Nosotros le habíamos puesto un cuarto señalamiento para el día 8 de marzo”, indicó e Cevallos.

El funcionario agrega, además, que el joven de 22 años horas después del accidente compró un pasaje de avión y viajó a Miami, donde permaneció más de un mes. Luego retornó y llevó una vida normal hasta que un día decomisaron la camioneta de su madre.

El fiscal presume que el sospechoso pensaba que no lo iban a identificar hasta que se llevaron la camioneta y se vio descubierto.

Lo que más llama la atención es que el abogado Ampuero, quien el jueves 18 tenía síntomas de COVID-19, al día siguiente, el viernes 19, sí acudió a una audiencia por otro caso.

“Yo presenté dolor de cabeza, estuve con malestar general y lo primero que uno sospecha en estos días es COVID-19. Me ordenaron aislamiento hasta poderme practicar las prueba PCR, que salió negativa, y ya me encuentro reintegrado a mi despacho”, dijo este viernes Ampuero a EL UNIVERSO.

El fiscal detalla que la investigación de este caso ha sido amplia, se revisaron las cámaras de seguridad de urbanizaciones cercanas y se logró identificar a dos vehículos que pasaron justo atrás de los ciclistas.

Eran un auto aveo y la camioneta doble cabina. Pudieron entrevistar al conductor del auto, quien contó que fue la camioneta la que impactó a los jóvenes y luego huyó.

En este caso también se llamará a dar versión a Stalin V. y Katiuska B., funcionarios de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM), que supuestamente ocultaron información.

El fiscal explica que se pidió un reporte de circulación de los dos vehículos y que los funcionarios enviaron un reporte del aveo y que de la camioneta indicaron que sí estuvo circulando por la ciudad, pero que no había imágenes de eso.

El fiscal consiguió las imágenes a través del ECU911, en las fotos se ve la camioneta con el capó dañado.

Esa foto es clave. Además, tras el análisis del vehículo se comprobó que efectivamente el capó había sido remplazado meses atrás.

Cevallos explica que el conductor había salido de Plaza Lagos y que se dirigía a su casa, dentro de Isla Mocolí, cuando arrolló a los ciclistas. Los deportistas iban fuera de los cuatro carros de circulación en una zona donde supuestamente estaban protegidos. (I)

Entre 20 y 40 meses de sentencia si se declara culpable y se evita ir a juicio

El fiscal Reinaldo Cevallos explicó que el conductor iba a exceso de velocidad, que es probable que haya bebido esa noche en Plaza Lagos y que incluso se mandó a pedir al SRI las facturas emitidas, pero al no haber sido detenido en flagrancia (24 horas posteriores al accidente) esto es muy complicado de comprobar.

De ser hallado culpable puede pagar cinco años de cárcel, explicó el fiscal, sin embargo, de acogerse al procedimiento abreviado (aceptar la culpa y evitar el juicio para obtener una pena reducida) el joven de 22 años puede pasar entre 20 y 40 meses en la cárcel por el accidente que causó la muerte de Santiago Jaramillo.