Han sido 12.903 ecuatorianos que desde el 2017 hasta julio pasado han denunciado cómo el delito de la extorsión se ha ido penetrando en los rincones del país. A través de llamadas o las conocidas ‘vacunas’, los extorsionadores buscan infundir temor. Pero no todos callan. Hay quienes cuentan su caso con la intención de frenar este delito que afecta la tranquilidad social.