Decenas de madres, esposas e hijas de los presos lloraban este miércoles aferradas a sus celulares afuera de la Penitenciaría y de la morgue. Esperaban alguna llamada o un mensaje que confirmara que su familiar había salido ileso de la peor matanza registrada hasta el momento en el sistema carcelario nacional, con un saldo de 116 víctimas, además de 80, según confirmó a las 18:40 el presidente Guillermo Lasso.