Al costado derecho del altar, la foto del rostro de María Belén Bernal destacaba. Fue durante la misa en su memoria que la mañana de este domingo ofreció su madre, Elizabeth Otavalo, en la iglesia de El Belén, en el centro de Quito.
Bernal fue asesinada en septiembre, presuntamente por su esposo, el teniente de Policía Germán Cáceres, quien está prófugo de la justicia, pues huyó hacia Colombia.
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Ella lo fue a buscar el 11 de septiembre a la Escuela de Policía y fue hallada muerta el 21 de septiembre en el cerro Casitagua, que está a espaldas de esa entidad.
El acto religioso se cumplió con la presencia de familiares, amigos y organizaciones sociales.
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Otavalo y sus familiares usaron camisetas de color blanco con el rostro de Bernal y la etiqueta #justicia.
“Se extraña para siempre...”, dijo el sacerdote Froylan Serrano, quien ofició la misa, en referencia a que Bernal asistía a esa iglesia, y agregó que ella a su hijo lo seguirá guiando desde el cielo. Pidió además justicia.
Luego hubo las lecturas de la Biblia y el evangelio.
“Doctora, descanse en paz”, indicó el sacerdote.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando hubo la paz entre los asistentes.
Varias personas se acercaron a Otavalo para abrazarla, así como al hijo de Bernal.
En varios instantes de la misa, el chico y su abuela se abrazaban en medio del llanto.
Al finalizar la misa, el hijo de Bernal tomó la palabra. Dijo que eran 35 días que le habían quitado de sus brazos a su guía espiritual. “Dios te bendiga, madre mía”, señaló.
Tras la ceremonia religiosa, Otavalo anunció que planifica una marcha nacional.
“Vamos a seguir en la lucha”, acotó mientras agradeció el apoyo recibido.
Comentó que, el pasado 20 de septiembre, el jefe de búsqueda de su hija le mencionó que al día siguiente se iba a buscar a la chica con todo el personal, pues había indicios. No obstante, a la una de la mañana del 21 de septiembre fueron al cerro Casitagua sin la presencia de veedurías sin que le informen o con la presencia de familiares.
Hubo globos blancos y lilas que se lanzaron al cielo. Otavalo sostuvo que son el símbolo de la vida de María Belén.
“Vamos a exigir que nos entreguen ya a Germán Cáceres. Ya basta de engaños, basta de ponernos el tontómetro”, agregó.
Cuestionó la formación que se da en la Escuela de Policía y el espíritu de cuerpo de la institución.
Afirmó que no desea politizar, sino que busca verdad y justicia, pues sin lo uno no hay lo otro. (I)