Cientos de comerciantes se tomaron la calle F, desde la 29 hasta la 38, para vender sus productos durante el feriado por el Día de los Difuntos e Independencia de Cuenca, este viernes, 3 de noviembre.

En el lugar, donde está ubicada la puerta principal del cementerio Ángel María Canals, se acomodaron cientos de comerciantes que aprovecharon la presencia de los visitantes para promocionar su mercadería.

Desde comida hasta ropa y juguetes vendían los informales, que colocaron mantas en el piso con la mercancía.

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Genaro Román vendió platos en el lugar. Tres platos por $ 2 los remataba al mediodía de este viernes.

Él comentó que el jueves, Día de los Difuntos, hubo incluso más movimiento comercial en la zona, pues miles de personas llegaron a visitar la tumbas de sus familiares.

Afuera del panteón también estaba Stalin, quien tomó una esquina y sobre una sábana acomodó unas sandalias que remataba en $ 5.

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Desde las 08:00 hasta las 17:00 estuvo abierto al público el cementerio Ángel María Canales. Miles de familias acudieron a visitar las tumbas de sus allegados. Fd Ronald Cedeño  Foto: El Universo

Cerca de él estaba Soledad, quien armó una carpa el jueves y remataba algunas prendas de vestir. Pijamas en $ 2 y licras deportivas en $ 5.

Los tradicionales arreglos florales los había desde $ 1; otros más elaborados se promocionaban en $ 2,50, y los grandes, en $ 10.

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Estampitas religiosas que se vendían en $ 0,50, rosarios y velas en $ 1 también encontraban los visitantes que llegaron de 08:00 a 17:00 para visitar a sus familiares que ya partieron.

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En la zona hubo espacio para todo tipo de productos. Incluso cangrejos vendía Lorenzo Moreira en una carrera. En 15 dólares dejaba el atado de cangrejos tras regatear con los clientes.

“Hay que aprovechar donde está hoy la gente para vender”, comentó el hombre, que regularmente se ubica en la calle Francisco Segura.

Junto a él estaba María, una mujer de 58 años, que había preparado sopa de cangrejo y en un puesto improvisado vendía los platos.

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Fritada, llapingacho, churros, mango con sal y granizados eran algunas opciones para quienes salían del cementerio. (I)