Lourdes, una mujer adulta mayor, ha sufrido el robo de pertenencias en cuatro ocasiones en su vivienda en el barrio del Centenario. Malhechores usaron el mismo modo de actuar: treparon la pared y se llevaron lo que encontraron en su patio, como una escalera y una máquina de aseo.
Los asaltos a viviendas y atracos a mano armada a los peatones mantienen intranquilos a quienes habitan en este tradicional barrio del sur de la urbe, donde se asientan residencias, planteles privados y entidades.
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Estos asaltos, según vecinos, los cometen sujetos que deambulan en autos y motos en distintos horarios.
La ciudadana Lourdes debió instalar un cerco eléctrico para evitar que los antisociales vuelvan a meterse en su casa. Además, debido a las otras alertas, procura evitar salir a pie y solo hacerlo con el apoyo de su esposo, en su auto.
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El pasado lunes, ella y un grupo de residentes estaban dialogando en una esquina de la calle Nicolás Augusto González; pero, cuando se percataron de que una camioneta se estacionó y sus ocupantes se les acercaron a realizar consultas, trataron de retirarse rápidamente. Su marcha se detuvo al observar que pertenecían a una entidad.
“A mí me da hasta miedo sentarme a conversar (en una banca del sector), porque en moto vienen a robarle”, dijo Laura mientras veía alrededor.
Los vecinos manifestaron que los robos se dan con frecuencia cuando los moradores salen a laborar hacia otras zonas, a partir de las 06:00, aprovechando que las calles están con escaso flujo vehicular y menos aún de patrullajes. Situación similar se repite a partir de las 14:00 y a la noche.
En algunos casos, los atracadores amedrentan a los ciudadanos con armas de fuego y hasta con destornilladores.
En cámaras de seguridad han captado varios de estos atracos, que se presentan en las calles Bogotá, Seis de Marzo, Rosendo Avilés, Rosa Borja de Icaza y Augusto González.
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Hace un mes estimadamente, dos mujeres sufrieron el robo de sus pertenencias cuando transitaban por una de las vías del barrio. Luego, en un taxi intentaron seguir al de la moto y pedir auxilio. Asimismo, antisociales usaron una herramienta especial para adentrarse en una vivienda y llevarse equipos tecnológicos.
Además, un hombre que lidera un estudio bíblico corrió con una suerte distinta cuando intentaron asaltarlo: él les enseñó una Biblia y, aparentemente, los antisociales se retiraron sin hacerle daño.
Otro residente, Franklin, mencionó que procura dejar las pertenencias de valor en su hogar cuando se dirige a realizar diligencias a otra zona.
“Estamos intranquilos, no podemos estar con la guardia abajo, andamos a la carrera”, comentó el residente.
El lunes anterior, dos guardias se mantenían alertas en las inmediaciones de un plantel. Uno de ellos contó que se fijan constantemente en la circulación de autos y motos en la zona, sobre todo en el horario de ingreso y salida de los estudiantes que suelen ser recogidos por sus padres. Así evitan que haya novedades.
No obstante, el guardia contó que una docente que llegó en un articulado de transporte masivo, en la av. Borja de Ycaza, fue amenazada con un arma de fuego y se le llevaron pertenencias en la mañana.
En un chat comunitario, entre vecinos tratan de alertarse de la operación de estos antisociales para tomar previsiones e instar a la Policía a realizar más rondas en la zona.
En las cercanías hay un puesto policial, sobre la avenida Vicente Trujillo y José Salcedo.
Según vecinos, a los policías se los alerta de las novedades y se hacen presentes cuando ya han pasado los hechos. Ellos estiman que se dan al menos cinco novedades cada día.
Según estadísticas de Segura EP, en el circuito Centenario, que incluye este barrio y zonas aledañas, se han reportado 662 robos este año, que se desglosan entre atracos a personas (289), de domicilios (44), sustracción de carros (62), robo de motos (73), a unidades económicas (18), de accesorios (11) y de otro tipo (165). (I)