Transcurría la mañana de este viernes, 12 de enero, en las calles Colón y la Octava, suroeste de Guayaquil, y el ambiente era el rutinario: los negocios recibían a la clientela luego de una suspensión temporal obligada por los ataques violentos perpetrados el martes 9, que motivaron la declaratoria de conflicto armado interno a nivel nacional.