Sin desligar la responsabilidad del Gobierno nacional en cuanto a mantener el orden público, principalmente a través de la represión del delito, el llamado a los alcaldes del país es a que impulsen y coordinen acciones de prevención que aporten a combatir la delincuencia organizada, cuyos tentáculos se extienden tanto a espacios públicos como privados, incluso en casas hospitalarias.