La población carcelaria asciende a 38.000 personas. Una parte de ese universo ha buscado opciones de rehabilitación que se ofrecen en las cárceles del país: según los registros del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI), en el 2019 hubo más de 80.000 participaciones de internos en actividades para aprender oficios, practicar deportes o participar en espacios de cultura y vinculación social, es decir que hubo personas privadas de la libertad que se involucraron en más de una de esas actividades.