En el cerro Las Cabras, en el cantón Durán (Guayas), y en la vía Punta Carnero-La Diablica (Santa Elena) han hallado en los últimos meses centros de entrenamiento de sicarios, espacios abiertos donde se presume que jóvenes y adolescentes que ingresan a las bandas delictivas empiezan a practicar para perfeccionar su puntería, cargar un arma y ejecutar muertes por encargo.