Luis Arroyo, su esposa, Kathy Bustos, y su hija de 9 años se fundieron en un abrazo y lloraron al colocar velas al pie de las imágenes de sus hijos Josué (14) e Ismael (15) en un altar armado en la avenida 25 de Julio, al cumplirse el mes de la desaparición de los menores junto con otros dos compañeros.