La figura del vicepresidente de la República es la de un «conspirador a sueldo», dijo el expresidente de la República José María Velasco Ibarra hace 56 años después. Hoy en día, esa frase sirve de argumento al gobierno de Daniel Noboa Azín, que busca hacer a un lado a su vicepresidenta, Verónica Abad, acusándola de entablar presuntos pactos con sectores de oposición para echar abajo los logros de su administración y beneficiar a políticos sentenciados por corrupción.