En el corazón de la vía a Daule, en el norte de Guayaquil, hay un muro de unos 300 metros de extensión pintado con los colores amarillo y morado que corresponden a la identidad de la alianza ADN (listas 4-35), que promueve la candidatura presidencial de Daniel Noboa Azín.
“Llegó la esperanza que todos queremos”, se lee de extremo a extremo. En una esquina está el rostro de Daniel, y en la otra, la firma de su autor: Sarmiento es Pueblo.
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Y en cada poste de la misma vía, además, hay afiches del mismo candidato con la misma firma.
Segundo Salvador Sarmiento Delgado, de 60 años y que se define como artesano, es conocido en Guayaquil porque en cada elección pinta muros o empapela los postes de la ciudad, pincipalmente de los sectores populares, como muestra de su apoyo político por ciertas listas y candidatos.
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Lo viene haciendo desde hace más de 40 años: con Assad Bucaram, Averroes Bucaram, Avicena Bucaram, Sixto Durán-Ballén, Rodrigo Borja, Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad, Lucio Gutiérrez, Jaime Nebot, Rafael Correa, Lenín Moreno... “He trabajado con varios Gobiernos que me han llamado y me han pedido que empuje este barco. Soy un activista político, soy una marca, un referente nacional... Me dicen que soy bailarín, que hago camisetazos. Nooo. Le pongo un ejemplo: cada vez que termina un campeonato de fútbol, los dirigentes de Liga de Quito están buscando a los mejores jugadores de Emelec o Barcelona, y viceversa. Eso es Sarmiento es Pueblo. Yo soy un obrero de la política con resultados; por eso, todos me buscan”, expresa.
En la primera vuelta de los comicios anticipados de este año, sin embargo, no hizo campaña por nadie, afirma; ni siquiera por Jan Topic, que fue la carta presidencial del Partido Social Cristiano (PSC), con el que colaboró en las seccionales de febrero pasado pintando los murales de Cynthia Viteri y Susana, que todavía pueden verse en las calles interiores de algunos puntos de la misma vía a Daule. “Preferí (esperar) a ver quién llegaba a la segunda vuelta”, cuenta.
Ahora respalda a Noboa, que se enfrentará con Luisa González, la candidata del correísmo, de la lista 5, en el balotaje programado para el próximo 15 de octubre.
“Siempre he sido orgánico, y cuando pinto murales les pido el espacio a los dueños. Los empresarios a nivel de vía a Daule, Durán, de todo el país me han llamado hace un mes: ‘Sarmiento, queremos que plasmes los murales, pero queremos que sean a favor de Daniel Noboa’. Inmediatamente, con esa autorización, lo hice, porque son amigos míos. Esas paredes no se las dan a nadie”, explica el político.
El activista señala que no está buscando algún cargo con Noboa y que trabaja por convicción, porque cree en él. Solo una vez llegó a ser diputado con el PRE de Abdalá Bucaram. “He tenido muchas propuestas de candidaturas. Pero solo en 1996 le acepté una candidatura a Bucaram, porque fue una campaña de siete años consecutivos hasta obtener la Presidencia de la República”, recuerda.
“Con Daniel Noboa tengo la esperanza, como muchos ecuatorianos, de ver la luz al final del túnel. Ese es el compromiso que asumes, no nos falles”, dice.
Su cooperación con Noboa y sus afines consiste, básicamente, en colocar propaganda en la ciudad; esta, según él, es financiada por empresarios amigos, quienes le dan los espacios en los muros de sus fábricas o le donan los tarros de pintura; también realiza bandereo en la calles, entrega de volantes... Algo que el activista describe como “el golpe de ojo de la campaña”.
Sarmiento dice que tiene actualmente entre 40 y 70 colaboradores (”no trabajadores”), “que también creen en Daniel Noboa”. (I)