El convento de las Hermanas Contemplativas del Buen Pastor es un lugar apacible. El voto de silencio de las religiosas impone una tranquilidad que deja escuchar a los pájaros, al mediodía. A la entrada del recinto hay una sala a la que llaman locutorio, donde ellas acogen a sus contadas visitas, por lo regular sus familiares, y es el único lugar donde se puede hablar.