Unos no quieren quemar personajes, sino hechos o momentos de la política ecuatoriana que, a su criterio, han sido bochornosos en este 2022. Otros sí le ponen nombre y apellido a sus monigotes —reales o simbólicos—, pues creen que nada bueno han dejado para el país o para su situación personal. Algunas autoridades, políticos y activistas cuentan a este Diario qué o a quién lanzarían a las llamas a la medianoche de este 31 de diciembre.
Así, por ejemplo, el presidente de la Corte Nacional de Justicia, Iván Saquicela, dice que quemaría “algunas acciones de habeas corpus y acciones de protección que tanto han llevado al cuestionamiento del sistema de justicia”. “De sus cenizas deben surgir garantías jurisdiccionales que garanticen derechos sin abusos que hacen daño al sistema de justicia y a la democracia”, agrega.
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Mientras que el legislador Fernando Villavicencio, presidente de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional, cuenta que lanzará al fuego a la “narcopolítica”.
“No voy a quemar a un personaje, sino a un acontecimiento doloroso, brutal: quemaría a la narcopolítica, porque en este año el país pudo dibujar con claridad que el narcotráfico ha contaminado el Estado y a gran parte de la clase política... Lo que nos queda es dar un giro radical; por eso, el 2023 será un año de enfrentamiento directo con la narcopolítica, el narcotráfico, el crimen organizado. Y si queremos reconstruir la democracia, la libertad y el Estado de derecho, tenemos que ganar esta pelea...”, señala Villavicencio, quien agrega que en las elecciones de febrero próximo se hará visible que los narcos no solo financian las campañas electorales, sino que hasta serán candidatos, especialmente en las zonas de frontera.
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El “monigote” que quemará Germán Rodas, coordinar de la Comisión Nacional Anticorrupción, es la corrupción. “Todo lo que esta representa: jueces corruptos, al sistema judicial inoperante, a aquellos que se han llevado el dinero de todos lados, como Odebrecht... Hay que echarles bastante combustible”.
Luis Almeida, asambleísta socialcristiano, dice que “todo el país” quemará al presidente Guillermo Lasso. “Porque nos engañó a todos, porque nos falló a todos, porque no cumplió sus promesas de campaña electoral. Resultó ser un mal político: el país quiere bienestar no pobreza”.
El presidente de la Comisión de Participación Ciudadana de la Asamblea Nacional y legislador correísta de la bancada de Unión por la Esperanza (UNES), Ferdinand Hidalgo, cuenta que este año quemará a Skeletor y a otro monigote que se asemeja a su mascota (un bulldog francés), ambos elegidos por su hija.
“Muchos habrán pensado que buscaría un año viejo de Guillermo Lasso; sin embargo, creo que es darle una relevancia que no ha tenido en el país. En el 2023 anhelo un país donde no veamos tantos niños y familias mendigando en las calles, un país donde todos seamos importantes y no solo unos cuantos”, explica.
En tanto que el expresidente de la República Abdalá Bucaram afirma que quemará a la exministra de Gobierno en el régimen de Lenín Moreno, María Paula Romo. “Voy a quemar a la Romo para que se termine la persecución política en mi contra y contra mi familia”, dice él, reiterando su tesis de que fue ella quien impulsó los procesos penales en su contra en el 2020.
Y el legislador Dalton Bacigalupo, de las filas de la Izquierda Democrática (ID), piensa más bien que es a él a quien algunos van a querer quemar. “Los que van a votar que no en la consulta popular van a querer quemar a Bacigalupo, porque voy a votar por el sí a la extradición y a la reducción del número de asambleístas”. (I)