En Ecuador aún era la noche del 12 de abril cuando Francisco Masabalin, su familia y algunos vecinos iniciaron su viaje desde Salamanca hacia Madrid. Tres horas de recorrido impulsadas por la esperanza de que el país mejore.
“El cambio que quiero para Ecuador hizo que me trasladara desde otra ciudad. Nos organizamos para venir juntos. Vinimos como 15 personas que solo estaremos por el día, miraremos un poco la ciudad y de vuelta a casa”, señaló.
Masabalin es uno de los 456.000 ecuatorianos residentes en el exterior llamados a las urnas en esta segunda vuelta presidencial. De los cuales, 189.000 residen en alguna de las 19 comunidades autónomas de este país ibérico.
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Además, fue uno de los primeros en poder ingresar al recinto electoral de Ifema. Este es el centro de votación más grande que Ecuador tiene en el extranjero, alberga 91 juntas receptoras y el lugar al que están convocados aproximadamente uno de cada cinco ecuatorianos registrados en el padrón electoral del exterior.
No es un caso particular. Paula Noboa, cónsul de Ecuador en Madrid, señaló que en este recinto están empadronados ecuatorianos que residen en 9 comunidades autónomas de España. “De Cantabria, Asturias, Santander y otros lugares se movilizan hasta aquí” señala la autoridad.
Quien también llegó desde primeras horas de la mañana fue Evelyn Tapia. A esta mujer oriunda de Santo Domingo, que lleva 26 años en España y que acude siempre junto a su familia no le importó el frío o tener que madrugar un domingo. Reconoce que no se pierde una cita electoral porque “me motiva estar con mi gente y extraño muchísimo Ecuador”. Acompañada de una bandera tricolor y con sus niños vestidos con la camiseta de la selección ejerció su derecho. También se tomó una foto junto a la bandera gigante que cuelga del techo del recinto electoral mientras explicaba a sus niños que ese también era su país.
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Para ella, participar de las elecciones es solo el inicio de una jornada en el que se celebra a Ecuador. “Después de votar nos reunimos, salimos a comer y a compartir con gente nuestra, los compatriotas”.
Según cifras de corte hasta las 12:00 (hora España) más de 31.000 ecuatorianos ya habían acudido a alguno de los 19 recintos electorales habilitados en España para sufragar, lo que muestra una afluencia masiva en las primeras horas de este día de votaciones.
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Wilma Andrade, embajadora de Ecuador en España y quien lleva más de un año frente a esta sede diplomática, reconoce sentirse emocionada por el amor que los migrantes ecuatorianos le profesan al país.
“Muy contenta porque aquí hay una fiesta cívica con mucho patriotismo y cariño para el Ecuador. Estoy orgullosa de la comunidad ecuatoriana, de ver cómo vienen cobijados por la bandera, con el tricolor y, aunque no están obligados, viajan hasta aquí para votar con entusiasmo. Eso da cuenta de lo patriotas que son”, acotó.
Esta cita electoral también ha despertado el interés de quienes no acuden con frecuencia a sufragar.
Este es el caso de Carmen Guanopatin, una quiteña que vive en España desde hace dos décadas y que sintió necesario participar de esta elección por considerarla determinante para tener “seguridad y un buen futuro para sus familias”.
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De hecho, la seguridad es el problema que más preocupa a los migrantes consultados. Juana Moreira reconoce anhelar las épocas en las que Ecuador no era sinónimo de peligro y tiene la esperanza de que su voto aporte a ese mejor futuro que desean para el país. “No es justo que la gente emigre para hacer una vida. Lo primero que hay que hacer es que Ecuador vuelva a ser seguro porque sin ello no hay inversión” resalta esta ecuatoriana que lleva 4 años viviendo en España.
Voluntarios para los comicios en España
La esmeraldeña Erika Obando fue a sacar su pasaporte cuando se enteró de la posibilidad de ser voluntaria para los comicios del país. Motivada por servir a Ecuador decidió participar por primera vez en el apoyo logístico de los comicios. Desde aquel día ha pasado más de una década en la que Obando, dueña de un locutorio en el sur de Madrid, deja su trabajo para colaborar en las elecciones.
“Me alegra mucho porque aquí uno ayuda a la gente a ubicarse. La gente ya te recuerda en la siguiente votación. Lo hago por mi país y aunque es cada 2 o 4 años las elecciones, cuando los voluntarios nos reencontramos es como si el tiempo no hubiese pasado”. (I)