El actual presidente de la Corte Nacional de Justicia (CNJ), Iván Saquicela, en entrevista con Diario EL UNIVERSO cree que quien pretenda llegar a la presidencia del más alto órgano de justicia ordinaria del país lo debe hacer por los canales democráticos y jurídicos.

Pese a que insiste en el diálogo, los consensos y el ceder por el bien de la institución, el también juez de la Sala Penal de la CNJ piensa que de no alcanzarse los doce votos conformes en una elección en el pleno de la Corte Nacional, lo que debe darse legalmente es la prórroga de funciones.

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¿La Corte Nacional camina hacia una crisis?

Yo creo que, de acuerdo a la normativa jurídica, el presidente de la CNJ cesa en sus funciones cuando es legalmente reemplazado. La forma legal de ser reemplazado es que exista electo un nuevo presidente. Sin embargo, para mí la norma jurídica es clara, y sin embargo de aquello hay varios precedentes, incluso en otras instituciones del Estado. No niego la preocupación de que pueda haber una crisis. He escuchado diferentes opiniones, y claro, a mí me preocuparía el hecho quizá inminente de que alguien pueda ocupar la presidencia de la CNJ sin un procedimiento legal y sin legitimidad. Más allá de las aspiraciones personales de cada quien, lo que preocuparía es que el presidente de la Corte representa un poder del Estado, es miembro del Consejo de Seguridad Pública, tramita las extradiciones. En este último punto, por ejemplo, imagínese usted lo que significaría cuestionar la competencia en una extradición determinada. Esto no es solamente un cargo, más bien es una altísima responsabilidad que hay que cuidarla, y con ello la institucionalidad.

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¿Se está orillando quizá a la CNJ a que exista un vacío de jueces titulares para poder escoger al nuevo presidente y así generar el panorama para el encargo en la presidencia de la CNJ?

Incluso en el escenario donde no habría quorum, yo pensaría que hay normas claras, por ejemplo, el artículo 121 del Código Orgánico de la Función Judicial (COFJ) que determina que los servidores judiciales que concluyan o cesen en sus funciones se mantendrán en funciones prorrogadas hasta ser legalmente reemplazados. De modo que si de repente hubiera la intención de no elegir presidentes para encargar a alguien, la figura del encargo es inexistente. He escuchado que incluso algunos compañeros aceptan que efectivamente no existe una norma sobre aquello. En cambio, la prórroga en funciones, esta es la norma, pero algo más. Es una suerte de criterio y principio rector para toda la administración pública. Por ello es que ha habido fiscales prorrogados, notarios actualmente prorrogados, ha habido ministros de la Corte Suprema de Justicia, por ejemplo, en 2009, que toda la Corte quedó prorrogada, hasta que se nombren los jueces.

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¿La prórroga es el único camino legal para salir de esta crisis y que la Corte Nacional no quede sin una cabeza?

Es el único camino legal que resguarda la institucionalidad, el principio de seguridad jurídica y la legitimidad, tan importantes siempre, más todavía hoy, en un estado de conflicto interno armado. Cualquier otra idea podría poner en riesgo todos los aspectos mencionados. A no ser que haya una elección y que ahí sí, es una forma también democrática y apegada a derecho.

¿Ve quizá rondando la política dentro de esa división en el interior del pleno de la CNJ?

No creo, no tengo certeza sobre eso, no quisiera especular, pero lo que sí tengo certeza es que yo he mirado varios actores políticos externos pronunciándose sobre una elección de la Corte. Yo no puedo tener problemas, ni cuestionar, cada quien tiene derecho, por ejemplo, a decir que prefiere algo, pero que actores políticos amenacen a jueces, calumnien, insulten a mí particularmente, seguro que será porque hay sectores que aspiran a la impunidad y me imagino que consideran que es inconveniente que Iván Saquicela se mantenga en la presidencia de la Corte. Creo que esta no es una campaña política, eso no hay que confundirlo. Aquí no estamos definiendo a alguien de elección popular como alcalde o asambleísta. Esto es una elección interna y justamente al ser la elección de un presidente de la Corte, los principios que tienen que cuidarse es la institucionalidad y la independencia judicial de cualquier agente político o externo.

El 4 de julio de 2022, el presidente de la Corte Nacional de Justicia, Iván Saquicela, retomó sus actividades, después de ser suspendido en el trámite de una infracción. Foto: Cortesía de la Corte Nacional de Justicia. Foto: El Universo

¿Hay algún objetivo personal al querer usted mantenerse en el cargo?

Hay un objetivo institucional y no personal, sino de muchísimos de la Función Judicial del país y que se expresa en nueve votos que son la mayoría del pleno de la CNJ. ¿Y sabe por qué? Porque hemos conversado con los compañeros. Puede haber dos visiones de forma general. Una es buscar una alternabilidad, es una forma de mirar el ejercicio institucional y democrático. Y otra, que en este caso es la mayoría de personas que pensamos así, es continuar con un trabajo. Es la primera vez que existe una CNJ abierta, con la voz crítica, propositiva, por primera vez poniendo la Corte Nacional en el verdadero sitial que corresponde a todos los magistrados.

¿Queda todavía la posibilidad de consenso, de dialogar en estas últimas horas que le quedan a la posibilidad de tener una elección con los 15 jueces titulares dentro del pleno de la Corte Nacional. ¿O ya de plano se ha cerrado esa posibilidad de diálogo o consenso?

De mi parte, al menos no. Yo no tengo ningún inconveniente en dialogar. Hay que ser claros y honestos, muchos compañeros dicen es mi aspiración personal, muchos dicen que es mi sueño. Y yo no solo que comprendo, sino que respeto profundamente. Sin embargo, cuando se trata de hacer un balance, pues sin lugar a dudas se tiene que privilegiar lo colectivo, lo institucional a lo personal. Nosotros, ante todo, somos servidores judiciales y tenemos que cuidar la institucionalidad. Ponerle en riesgo a la Corte Nacional, a su legitimidad, peor aún de repente provocar una crisis es algo que en nuestra vida profesional no nos deberíamos perdonar.

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¿Esta división en la votación revela que hay una Corte Nacional desunida o solamente es en este tema específico para elegir a quien presidirá la Corte lo que está dividiéndolos?

Al menos lo que yo aprecio es que existen diferentes visiones de la Corte y aspiraciones personales. Hasta allí yo no encuentro ningún problema. Lo que sí encontraría problema es que esas posiciones personales sean absolutamente cerradas y, lo que es peor, que a partir de esas aspiraciones se pueda afectar la legalidad y la legitimidad de la presidencia de la Corte. Eso es inaceptable. Yo considero que o se elige un presidente de la Corte, o existe la prórroga, porque hay normas claras, determinantes del derecho público. No se presta para analogías, no se presta para interpretaciones. Tiene que cumplir.

¿El encargo no da ninguna seguridad jurídica?

Es que no solo no da seguridad jurídica, sino que la viola. Y eso pone en peligro a la Corte. Yo he escuchado a muchísimos, incluidos varios compañeros, decir que sobre esto que ustedes se refieren no existe norma jurídica. En cambio, yo les invito a revisitar el artículo 121 del COFJ, que se refiere a funciones prorrogadas de los servidores judiciales. Luego el artículo 38 del COFJ dice quiénes son servidores judiciales. Y dice en forma clara, las juezas y jueces. Y como para que no quede duda, dice los conjueces. De modo que se está refiriendo a la Corte Nacional, único espacio donde hay conjueces. Y si le queda duda, el presidente de la Corte es primero juez, en mi caso, miembro de la sala penal. Y si queda duda, el presidente de la Corte ejerce funciones jurisdiccionales.

Usted abre el abanico a que si llega el 5 de febrero y no se ha elegido un presidente puede tratarse el tema de la prórroga en el pleno. ¿Pero en el pleno integrado por quién? ¿Por los once jueces titulares que quedan o por jueces titulares y los conjueces titulares que podrán nombrarse? ¿Qué pleno deberá decidir eso?

Cabalmente eso es lo que me preocupa y ese es un tema que provoca debate. Lo que pasa es que los conjueces no tienen la posibilidad de elegir y ser elegidos. Entonces, frente a lo que estamos es en la elección y si bien en el ficto sentido no votarían para elegir a alguien, pero en cambio se llegaría a adoptar una resolución por parte de los conjueces que de manera indirecta, clara y con posiciones claras, incluso de preferencia, por respetables que sean, se estaría diciendo a quien corresponde. Entonces, yo creo que tiene que sencillamente imperar el derecho. De otra parte, habría que ver si es atribución del pleno el decidir sobre estos aspectos.

Cuando hablaba de un complot al final de la sesión extraordinaria del viernes pasado, ¿a qué se refería? ¿A un complot en lo interno de la Corte Nacional o un complot que incluiría a externos del organismo? Quizá desde la política los rivales que tiene le están pasando factura.

Yo no he dicho complot, no fue mi expresión. Sin embargo, aunque comprendo la pregunta. Yo creo que es claro, hay muchísimos actores públicos, que incluye al expresidente Rafael Correa, que me insultan en la red X y todo su sector con trolls, que dicen que Saquicela debe salir de la presidencia de la CNJ. ¿Qué se busca? La impunidad. Dejo planteada la interrogante.

Luego de tres años de trabajo, ¿por qué cree que no ha obtenido los votos suficientes para ser reelegido?

He obtenido los votos mayoritarios. ¿Por qué no he obtenido? Porque solamente somos 15 y si hay 15 y hay tres candidatos, ahí usted tiene la respuesta. (...) Pero no significa que no tenga el respaldo. Tengo un respaldo amplísimo de toda la Función Judicial del Ecuador por mis decisiones. (I)