Los consorcios, la asociación entre diversos proveedores, han ganado espacio en los contratos de la Empresa Eléctrica de Quito S. A. (EEQ). En 2022 sumaron al menos el 54 % de todos los procesos, es decir, $ 78 millones de un total de $ 139 millones; mientras que en 2021 llegaron a solo el 22 %.

Para el caso específico de las obras relacionadas con los medidores y cortes de servicio, unos hablan de “monopolio” de un grupo de proveedores y de “desamparo” por parte de Servicio Nacional de Compras Públicas (Sercop) ante sus reclamos, en tanto que los otros aseguran que simplemente les ha tocado unirse con sus competidores para ganar los negocios.

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En efecto, proveedores que habían competido por separado para unos procesos se juntaron en 2022 entre ellos o con sus empleados o con sus familiares para ganar los concursos. Ellos forman, entre otros, el gran conjunto de los consorcios contratistas de la EEQ.

Este Diario analizó los procesos de contratación pública de la EEQ de los años 2021 y 2022, que constan en el portal del Sercop para conocer a los principales contratistas y sus beneficiarios finales. No se tomaron en cuenta las compras de ínfima cuantía ni las del catálogo electrónico.

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Uno de los principales hallazgos es que en la EEQ se adjudican contratos a consorcios, que son asociaciones creadas por escritura pública que luego obtienen un Registro Único de Contribuyentes (RUC). La ley permite que puedan participar con un compromiso de que si ganan conformarán la asociación, y por ello existen consorcios con el mismo nombre y los mismos socios pero diferente número de RUC, por ejemplo. Estos consorcios no se registran en la Superintendencia de Compañías, por lo que no se conocen sus accionistas o beneficiarios finales. Ellos constan en los contratos notarizados que se suben al Sercop.

Detrás de estos consorcios se ha identificado a un grupo de contratistas que siempre compite usando esta figura añadiendo un socio distinto o incluso juntándose. Su especialidad son los servicios como la lectura de medidores; reparto de facturas a clientes; instalación, cambio o reubicación de medidores; y corte y reconexión del servicio.

Así, por ejemplo, la familia Topón Visarrea, que tiene la empresa Servicios y Comercio Topón S. A., participa en trece contratos adjudicados entre 2021 y 2022, principalmente bajo la figura de consorcios, por un acumulado de $ 8,1 millones.

Los Topón Visarrea han estado muchos años en el negocio, según contó el hermano mayor, Raúl Alfredo Topón, quien dijo que había comenzado a tener contratos con la EEQ desde hace más de 17 años.

Luego, Raúl formó Servicios y Comercio Topón, y ahora son socios ahí sus hermanos Manuel Iván, Mario Rubén, Blanca Liliana y su madre, María Rosa. De acuerdo con la Superintendencia de Compañías, la firma tiene $ 400 de capital dividido en partes iguales entre los tres hermanos Topón Visarrea y su madre.

En 2011, Raúl formó Electrotopón Cía. Ltda. y en 2019 vendió sus acciones en la empresa familiar inicial. Relató que comenzó instalando las cajas antirrobo para los medidores y que poco a poco la familia se especializó en los servicios de instalación y reubicación de medidores.

Raúl Alfredo recién en 2021 ha vuelto a participar en los concursos de la EEQ, pues en los años anteriores ha brindado servicios en Imbabura y Sucumbíos. De hecho, en 2021 ganó dos contratos: uno como Electrotopón y otro en un consorcio con sus hermanos, por un total de $ 312.000. Indicó que creó el consorcio con la empresa de sus hermanos para poder completar los puntos para la experiencia que requería el proceso, que se firmó por $ 128.000. Electrotopón Cía. Ltda., cuya liquidación había sido dispuesta por la Superintendencia de Compañías, se reactivó en 2019 y tiene una docena de empleados.

A su vez, Servicios y Comercio Topón S. A. también obtuvo un contrato sola como empresa en 2021 por $ 45.000. Ese mismo año ganó otros siete contratos por $ 2,6 millones adicionales. En dos de ellos participó asociándose con una empleada de la empresa, Jéssica Portero León. En los otros se unió a los proveedores Gladys Toaquiza Llano y a Darwin Tupiza Pinto. Manuel Topón Visarrea siempre ha firmado los contratos como procurador común o representante legal de los consorcios.

Para 2022, los Topón Visarrea se unieron a sus competidores y participaron en consorcios que acumularon $ 4,7 millones en tres contratos y otros $ 467.000 en otra adjudicación con Portero León. Para los grandes contratos, que superan el millón de dólares, los Topón se unieron con varios proveedores, entre ellos los hermanos César Augusto y Cristian Manuel Ramírez Romero, que también obtuvieron otras adjudicaciones tanto en 2021 como en 2022 (ver tabla).

Bajo la figura de consorcios y también como persona natural, César Ramírez Romero participa en doce adjudicaciones ganadoras en 2021 y 2022 por un total de $ 8,1 millones. En 2021 generalmente participaba con su hermano Cristian, y también con el contratista Diego Román Aguilar y en un consorcio formado con la empresa Industrial Sales & Services Cootersindsale Cía. Ltda. El acumulado de ese año fue de $ 2,2 millones en adjudicaciones.

En cambio, para 2022, los hermanos Ramírez Romero tuvieron dos contratos por medio millón de dólares en consorcio entre ellos, mientras que junto con Servicios y Comercio Topón S. A. y otros contratistas ganaron, también en consorcios, los mayores contratos, que suman $ 4,7 millones. En todas las adjudicaciones del año pasado, Cristian Manuel ha sido el representante legal de los asociados.

César Ramírez explicó que generalmente trabajaba con su hermano, pero que en 2022 decidieron unirse varios contratistas para poder cumplir con todos los requisitos y acceder a los tres contratos más grandes con los consorcios Quitotec, Enerquito y Ramset. “Es preferible tener un diez por ciento de algo grande a quedarnos sin nada”, dijo Ramírez al relatar que para los dos primeros son siete socios en total y participan dos empresas, Servicios y Comercio Topón S. A. y Servicios Técnicos Tecsedat Cía. Ltda., cada una con el 20 %.

Aseguró que cuenta con varios años de experiencia como contratista de la EEQ y siempre ha trabajado en áreas relacionadas con la electricidad, incluso durante los años en que estuvo de migrante en España. “Regresamos con un poco de capital y nos hemos especializado”, añadió.

“Los consorcios son una ventaja porque la bodega para el manejo de material está a nombre del consorcio, se hace una por contrato y se alquila el local en un lugar cerca de la obra; eso nos permite ser más eficientes”, explicó.

El consorcio Ramset ganó un contrato por $ 1,3 millones, y en este caso los socios decidieron renunciar al anticipo de la EEQ. Ramírez señaló que su objetivo era ahorrarse el costo de la póliza del buen uso del anticipo y más bien invertir en comprar equipos. “En ese momento teníamos el flujo suficiente para renunciar al anticipo”, explicó.

Uno de los contratos grandes adjudicados a estos competidores que se unieron en consorcio aún no se ha subido en el portal del Sercop; es el correspondiente al proceso LICS-EEQ-GC011-2022, por $ 1,7 millones, y ha sido objeto de reclamos por parte de otro competidor: el consorcio Asoelectric.

Dos representantes del consorcio mostraron a este Diario un informe del procurador de la EEQ, Marco Proaño Durán, con fecha mayo de 2023, en el que se recomienda la declaratoria de nulidad de ese proceso, porque la oferta no cumplía con los requerimientos. Juan Manuel Arias y Joseph Rosero quedaron segundos en ese concurso y, por eso, pidieron al Sercop y a la EEQ que les debería corresponder a ellos el contrato o, en su defecto, reiniciar nuevamente todo el proceso. Sin embargo, no han tenido respuesta a sus pedidos

En la EEQ hay un monopolio de cierta cantidad de compañías que están llevando prácticamente todo el trabajo; simplemente lo que hacen es disfrazarse haciendo consorcios, uno con el otro, otro con el otro, pero siempre son los mismos que se llevan los contratos”, aseguró Arias. “No tenemos un respaldo del ente regulador, el Sercop. Presentamos reclamos, pero siempre nos archivan, no nos contestan”, reiteró.

Los documentos mostrados por Arias y Rosero no constan en el portal de compras públicas. Solo consta otro reclamo de otro contratista. Este Diario preguntó a la EEQ sobre este contrato, pues no consta en la base del Sercop.

Cuando se le preguntó a la EEQ sobre este contrato, señaló que se había revisado el cumplimiento de la normativa y “se procedió con la suscripción del contrato, mismo que por su cuantía requería ser protocolizado. Cumplido dicho paso, y toda vez que se cuente con el pago del respectivo anticipo, el contrato será publicado” en el sistema del Sercop.

No es el único caso en que empresas o personas naturales que ya son contratistas de la EEQ se unen con otros para formar consorcios y ganar concursos, pero los miembros de estas dos familias son los que más se repiten en las adjudicaciones. Se intentó hacer entrevistas a los socios de Servicios y Comercio Topón S. A., sin resultados.

El actual gerente de la EEQ, Eduardo del Pozo, al igual que dos abogados consultados, señaló que la ley de contratación pública permite que todos puedan participar, personas naturales, personas jurídicas o asociaciones.

Reveló que desde que asumió desde abril pasado la gerencia de la EEQ, donde el mayor accionista es el Gobierno a través del Ministerio de Energía, han existido dos contratos con terminación unilateral a cargo de un consorcio: estos son Insta Electric y Valencia.

“Nosotros nos encargaremos de la ejecución de esos contratos y de verificar que se cumplan a cabalidad”, señaló Del Pozo, excandidato a la Alcaldía de Quito por CREO.

La ley permite la creación de consorcios para sumar fuerzas

Los abogados y expertos en contratación pública María Isabel Sánchez y Juan Francisco Díaz explicaron que la ley permite a personas naturales o jurídicas participar en concursos con la promesa de crear un consorcio o una asociación.

Muchas veces, dijo Sánchez, los proveedores por sí solos no cumplen con algunos de los requisitos y entonces se unen para tener mayor fuerza; puede ser para calificar en la experiencia o en la garantía económica que deben presentar.

Los consorcios deben ser específicos para cada concurso, pues son una entidad jurídica única; no obstante, en el caso de la EEQ se encontraron algunos consorcios con el mismo nombre, pero con diferente número RUC. Eso es extraño, dijo Sánchez, aunque señaló que los funcionarios de cumplimiento de la institución pública o del sistema del Registro Único de Proveedores del Estado debería verificar el cumplimiento de todos los requisitos.

Díaz también coincidió en que los nombres no deberían repetirse. La norma, añadió, no precisa los porcentajes de participación de los socios, y el reparto de las ganancias en un consorcio es un tema interno entre los asociados.

En la normativa vigente se señala que la responsabilidad de los socios, más allá del porcentaje de participación dentro de un consorcio, es “solidaria e indivisible” por el cumplimiento del contrato.

Los consorcios no aparecen debidamente en el sistema de datos abiertos del Sercop, el OCDS, pues en la base aparece el nombre del procurador común o representante legal como el ganador del proceso. El gran concepto de datos abiertos es que se muestre todo y a detalle, destacó Díaz, por lo que sugirió que el Sercop debería corregir este problema.

Por otro lado, en la base de datos del Sercop, una vez que se ha adjudicado el proceso se debe subir el contrato protocolarizado ante un notario y en este consta también la escritura de conformación del consorcio, con los aportes y participación de cada socio, así como la garantía del buen uso del anticipo. Este Diario constató que no todos estos documentos se han subido al portal.

Gerente de la EEQ, Eduardo del Pozo: ‘Hemos llegado justamente a poner la casa en orden’

QUITO (20-07-2023).- Eduardo del Pozo, gerente de la Empresa Eléctrica Quito. Carlos Granja Medranda / EL UNIVERSO Foto: Carlos Granja Medranda

El exconcejal y candidato a la Alcaldía de Quito por CREO, Eduardo del Pozo, asumió la gerencia de la Empresa Eléctrica de Quito S. A. (EEQ) el pasado 3 de abril y asegura que uno de sus principales objetivos es “poner la casa en orden”. La empresa factura unos 494 millones de dólares anuales en planillas mensuales a los usuarios y maneja un presupuesto de unos $ 170 millones en inversión. Aunque seguramente la gerencia de Del Pozo será corta por el cambio de Gobierno, su plan incluye la regularización de los contratos con las operadoras de telecomunicaciones que no pagan las regalías por el uso de los postes.

En el análisis de los contratos se ha descubierto que existen dos grupos de contratistas que se repiten en varios consorcios, como los hermanos Topón Visarrea y los Ramírez Romero. Aunque no es una concentración de contratos, sí llama la atención por los montos.

Evidentemente es un tema que lo tendrán que juzgar las autoridades de control, que en este caso es la Contraloría. Nos encargamos, por supuesto, de la ejecución de esos contratos y de verificar que se cumplan a cabalidad. De hecho, hemos enviado oficios sobre algunos procesos a la Contraloría para que, dentro de sus competencias, realice los exámenes especiales y determine si existen responsabilidades.

Generalmente son para instalación y reubicación de medidores, cortes y reconexiones, y tomas de lecturas ¿Es un trabajo que no puede hacer la EEQ?

Desde el 2002, la empresa tomó la decisión de concentrarse en su giro específico: el mantenimiento de todas las redes eléctricas donde opera la EEQ, que son toda la provincia de Pichincha y partes de Napo, Imbabura, Cotopaxi y Santo Domingo de los Tsáchilas. Tenemos 1,256 millones de medidores y el giro se ha concentrado en el mantenimiento de las líneas.

¿Y se pueden formar consorcios con empleados?

Le ley no regula eso en un consorcio. Lo que está prohibido son los parentescos, como que participen empresas de hermanos en un mismo concurso.

En el caso del consorcio Ramset, el proveedor renunció al anticipo. ¿Es común esta renuncia?

No es común, pero siempre y cuando se lo solicite por escrito. El contrato entra en vigencia cuando se le entrega el anticipo; y, en caso de una renuncia, el consorcio se ahorra el costo de la póliza del buen uso del anticipo y enseguida se comienza a ejecutar el contrato.

¿Qué sucede cuando las empresas cambian de socios entre la participación del concurso y la adjudicación? ¿Hay que comunicarle a la EEQ?

Mientras se ejecuta el concurso, efectivamente se presenta la nómina de socios y accionistas; mientras esto se desarrolla, esa nómina no debe cambiar. Posterior a la suscripción, eso debe comunicarse al Sercop.

En caso del consorcio CallQuito, una de las empresas tiene menos de tres años de creada y el consorcio ganó un contrato de $ 10 millones. ¿Cómo les va con el call center?

No tan bien: les hace falta experiencia en la ejecución del contrato, y eso nos está ocasionando un problema entre el usuario y los tiempos de respuesta de la empresa. Estamos en constante pugna para lograr que cumplan con las obligaciones contractuales.

¿Cuál es la gran obra que van a hacer este año?

Nosotros hemos llegado justamente a poner la casa en orden. Uno de los problemas son los cables de los postes, porque en su mayoría corresponden a empresas de telecomunicaciones. El 70 % de los cables no dan servicio. La EEQ les alquila los postes y solo el 25 % de las empresas pagan las regalías y tampoco están obligadas a retirar los cables muertos. Uno de los objetivos es la limpieza y la regularización de los contratos con estas operadoras. Además, vamos a instalar más luminarias en los puntos rojos de la ciudad para mejorar al menos esa percepción de inseguridad.

¿Cuál fue al desafío con respecto al Metro de Quito?

Tenemos cuatro subestaciones para abastecer al Metro de Quito y hace un mes le entregamos a la ciudad la cuarta, la del parque Bicentenario. Esta subestación permitirá también que la zona que sirve pueda crecer a lo alto, porque ya existe la capacidad de energía necesaria. Tenemos que construir una subestación en Cumbayá y en Calderón para dotar de infraestructura a la ciudad. (I)