La mala racha se inició con los apagones. Diana Cedeño regresaba de su trabajo, caminando por las oscuras calles de su barrio. Era de noche. Un sujeto apareció entre las tinieblas y la amenazó para que le entregue su mochila. No pudo oponer resistencia. El ladrón se llevó sus pertenencias, incluida su cédula de identidad. Era la víspera de las votaciones.
Diana acudió temprano esta mañana a su recinto electoral, en la Unidad Educativa Abdón Calderón, en el extremo norte de Quito. Le dijeron que solo podía sufragar con la cédula o con el pasaporte originales. Ella solo llevaba una copia a color de la cédula, plastificada, y varios carnés con su foto. “Esto demuestra que soy yo”, argumentaba. Le preocupaba la multa de $ 46 por no votar.
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Las multas por no votar en la consulta popular y referéndum de Ecuador
En ese recinto, la coordinadora líder Camila Telpis estaba sorprendida por la poca concurrencia de sufragantes. No había la aglomeración de las ocasiones anteriores. Ella informó que no había novedades reportadas, que solo tuvieron un pequeño retraso en la instalación de una mesa porque faltaba un biombo, pero fue solucionado al instante.
La Tnte. Crnel. Rosa Alvear, comandante subrogante del Distrito de Policía de Calderón, informó que la situación estaba controlada en los 21 recintos de la parroquia, la más grande Quito. Calderón tiene alrededor de 130.000 sufragantes.
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La oficial Alvear aseveró que hasta la mañana de hoy no se habían realizado aprehensiones. Las únicas novedades reportadas fueron sanciones a personas que habían violado la ley seca, quienes fueron notificados con la multa, que asciende a la mitad de un salario básico, es decir, $ 230.
Camila Telpis corroboró que no se han registrado incidentes. “Todo avanza con normalidad”, enfatizó. De pronto, Diana Cedeño la abordó con su problema de la cédula. La coordinadora la asistió y gestionó que le entreguen un certificado de presentación. Este documento es válido por 60 días, pero si se requiere un certificado de votación definitivo, la persona igual tiene que pagar la multa.
Diana estaba angustiada. “En mi barrio no hay luz y como es totalmente oscuro los ladrones aprovechan para robar a lo que llegamos de los trabajos en la noche”. Su mala racha se inició con los apagones. (I)