Mar-a-Lago, un inmueble patrimonial ubicado en Palm Beach, Florida, Estados Unidos, es el sitio en el que el primer mandatario de ese país, Donald Trump, tiene previsto recibir a su homólogo ecuatoriano, Daniel Noboa, este sábado, 29 de marzo del 2025.

Ni la Secretaría General de Comunicación de la Presidencia ni el Ministerio de Relaciones Exteriores ha dado mayores detalles de la reunión. Y en la agenda de Trump que se publica diariamente en el sitio web de la Casa Blanca solo se indica que estará en Mar-a-Lago.

Pero se conoce extraoficialmente que el encuentro, de tono informal, será a partir de las 18:00 y que participaría el magnate de la tecnología Elon Musk, uno de los principales asesores de Trump.

A Noboa lo acompañan la canciller Gabriela Sommerfeld y la secretaria de Comunicación, Irene Vélez, además de otros funcionarios de inteligencia.

Mar-a-Lago es una mansión que está dentro de un complejo que abarca unas 8 hectáreas.

Fue construida con un estilo arquitectónico español entre 1924 y 1927, por encargo de la millonaria Marjorie Merriweather Post, quien la pensó como un lugar de descanso para los presidentes de Estados Unidos y otros dignatarios extranjeros. Después de su muerte, en 1973, fue legada a Estados Unidos. Sin embargo, los sucesivos presidentes no quisieron usarla, por lo que fue devuelta a la familia en 1980.

Daniel Noboa fue uno de los pocos mandatarios que fueron invitados a la posesión de Donald Trump en enero pasado.

En 1985 fue comprada por Trump, que va por su segundo mandato presidencial. Según medios internacionales, pagó unos $ 8 millones por ella.

Desde que fue elegido presidente por primera vez, en el 2017, Trump ha hecho de este sitio un enclave de decisiones políticas. Ahí ha reunido a su gabinete y a figuras políticas de todo el mundo.

La residencia familiar tiene 58 habitaciones, 33 baños, una mesa de comedor de mármol de 8,8 m de largo, 12 chimeneas y 3 refugios antiaéreos.

En su edificación se usaron materiales como piedra caliza Doria de Génova, tejas y bloques de mármol blanco y negro procedentes de un castillo cubano, así como azulejos españoles de una colección del siglo XV.

Por ello, ha sido comparada con el Palacio de Versalles por The New York Times.

En Mar-a-Lago funciona, además, un exclusivo club privado con varias residencias de verano, que ha tenido entre sus socios a figuras como el cineasta Steven Spielberg, el diplomático Henry Kissinger y la actriz Elizabeth Taylor. Un cupo en este club puede costar un millón de dólares, según la revista Forbes.

Todo el complejo está valorado entre $ 250 millones y $ 500 millones.

En su sitio web se lo describe así:

“Bienvenido al Club Mar-a-Lago, uno de los clubes privados más prestigiosos del mundo. Ubicado en 8 hectáreas de jardines impecablemente cuidados con vistas al mar, Mar-a-Lago es la joya de la corona de Palm Beach y un lugar emblemático reconocido en el Registro Nacional de Lugares Históricos.

Los miembros disfrutan de todas las comodidades que ofrece el club, desde nuestra increíble playa y piscina hasta el spa y la alta gastronomía, además de entretenimiento de primera clase. Además, Mar-a-Lago es el escenario perfecto para eventos especiales, celebraciones navideñas, bodas y galas.

Desde la adquisición de este lugar emblemático en 1985, la familia Trump ha pasado muchos fines de semana y días festivos en su segundo hogar.

Cuando Donald J. Trump fundó el club en 1995, conservó las habitaciones privadas y toda la elegancia que rodea la propiedad. A cinco minutos en coche se encuentra el mundialmente famoso Trump International Golf Club, en West Palm Beach, un campo de golf de gran prestigio”.

Daniel Noboa fue uno de los pocos mandatarios que fueron invitados a la posesión de Trump, en enero pasado.

Y dentro del gabinete estadounidense hay un funcionario cercano a la familia Noboa; se trata de Robert F. Kennedy Jr., quien es secretario de Salud y Servicios Humanos, que es padrino de Santiago Noboa, hermano menor del mandatario. (I)