Dos problemas generan incertidumbre sobre la suerte de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair (CCS), la más grande del país. Por un lado, está la amenaza que representa el avance de la erosión regresiva del río Coca, que lleva más de un año y que ahora está a 8,7 kilómetros de las obras de captación de agua de la central. Por otro lado, existe preocupación por las fisuras halladas en los distribuidores de presión, por lo cual la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) presentó una solicitud de arbitraje internacional en contra de la empresa china que construyó el proyecto: Sinohydro Corporation.