En Perú, la presencia de las compañías brasileñas había crecido mucho desde los mediados de la década de 2000, respaldados por una diplomacia activista liderada por el primer promotor empresarial de la nación: el presidente Lula da Silva. Desde las constructoras Odebrecht, Andrade Gutiérrez, Camargo Correa, Queiroz Galvao y OAS hasta Natura, Votorantim y Embraer.