Algunas de las aspirantes a la Vicepresidencia de la República que participaron en el debate realizado el pasado domingo, 12 de enero, señalaron que este fue “positivo”, “histórico”, pero criticaron que los espacios fueron “muy cortos” y que el Consejo Nacional Electoral (CNE) no haya hecho una mayor difusión.

El evento fue organizado por la Universidad Bolivariana del Ecuador (UBE), con el apoyo de medios de comunicación, plataformas digitales y ONG. Asistieron catorce de los 16 vicepresidenciables.

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El equipo de Pacha Terán, de Unidad Popular, lista 2, manifestó que fue una iniciativa de la candidata de que todos los aspirantes a este cargo se reúnan a dialogar hasta que finalmente la UBE tomó la batuta para encabezar el proceso en el que consideran tuvieron, todos los candidatos, ciertas restricciones, complicaciones, malos entendidos con los organizadores por no tener una clara una definición incluso del CNE, que terminó dando un aval simbólico.

Sobre la participación, el equipo de Terán indicó que su candidata tuvo un rol importante  que le permitió exponer su propuesta política aunque lamentó la ausencia de la candidata de ADN, María José Pinto, con quien la comunidad de Peguche, de donde es oriunda la candidata tuvo un conflicto histórico por la lucha por la empresa textilera Pinto, lo que consideran pudo haber sido un motivo que justificó la ausencia de la vicepresidenciable de la lista 7.

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Asimismo, consideran que Terán ganó el debate, según varios medios de comunicación, lo que dicen pone en evidencia la capacidad de una mujer que viene del proceso social, que tiene detrás una organización nacional, un partido, capacitada y que está rompiendo los paradigmas de la participación política de las mujeres.

Dallyana Passailaigue, candidata del Partido Social Cristiano (PSC), lista 6, considera que con el evento y la participación de los candidatos se marcó un momento histórico para la democracia del país.

“Marcamos un momento histórico para el fortalecimiento del voto informado. Sin duda, el pueblo votará por quien crea que tiene experiencia, conocimiento, corazón y decisión de servirlos, especialmente a los más pobres”, indicó.

La candidata socialcristiana subrayó que como PSC y ella desde los espacios en los que ha estado ha demostrado que saben hacerlo y que lo volverán a hacer “para todo el Ecuador”.

Karla Rosero, del Partido Avanza, lista 8, comentó que su postura ha sido califica como “seria y coherente” y que dejó en claro las funciones que tendrá en un eventual gobierno, lo que cree no sucedió con el resto de candidatos y destaca que en su caso llevó incluso un acta que avala lo que serán sus actividades en caso de ganar las elecciones.

Respecto al debate, Rosero contó que los ejes que se abordaron se definieron a partir de un proceso de diálogo y considera que sí pudo presentar sus líneas de acción y propuestas como el plan Artillería para la delincuencia. Asimismo, consideró que sus compañeras de bloque hablaron de temas en materia de seguridad que a la larga no son realizables o no generan, según su criterio, un cambio real.

A su vez, destacó sus propuestas en cuanto al desarrollo económico relacionadas con créditos, la apertura de mercados y convertir a Ecuador en un centro logístico internacional.

La candidata Alejandra Rivas, por la Izquierda Democrática, lista 12, dijo, a su turno, que el debate fue un valioso ejercicio de pluralidad, necesario en un país en el que históricamente se le huye al debate. Hay que destacar que, pese a que no era obligatorio, asistieron 14 de 16 aspirantes, lo cual evidencia el compromiso democrático, el deber moral y ético dar la cara al país, anotó.

Consideró que faltó abordar más temas, que incluso sobre los ejes previstos no fue posible profundizar aspectos sobre dolarización, empleo, relación con la Asamblea, reformas legales, relaciones internacionales, los acuerdos comerciales y la falta de inversión pública privada, entre otros.

En torno a la organización del debate, Rivas dijo que al margen de los aspectos técnicos se debe destacar el papel de la Universidad Bolivariana del Ecuador.

Añadió que a futuro sería clave considerar una reforma legal para que estos debates sean obligatorios en el Código de la Democracia, que la dinámica sea más ágil y en mejores horarios.

Para Cristina Reyes, del movimiento Amigo, lista 16, en general, el debate fue “absolutamente positivo”, porque se vio un diálogo respetuoso sobre los problemas del país con un contraste de visiones.

“Lo que no fue positivo es que se rehúya el debate, que se utilicen argucias y trampas para no competir en igualdad de condiciones”, indicó refiriéndose a María José Pinto, la aspirante del movimiento de Gobierno Acción Democrática Nacional (ADN), lista 7.

“No solamente nos quieren (los electores) ver corriendo, trotando o bailando en las redes sociales, sino quieren también escuchar la propuesta del candidato”, subrayó Reyes, quien agregó que a veces los formatos -porque son muchos postulantes- dificultan que el diálogo sea más fluido, pues se tiene que circunscribir a un determinado tiempo.

Verónica Silva, del partido Socialista Ecuatoriano, lista 17, resaltó el hecho de que se haya realizado el debate vicepresidencial, porque se pudo conocer a los candidatos.

Pero respecto a la metodología comentó que fue muy corto el espacio asignado a cada uno para explicar su propuesta, aunque dijo que le gustó la dinámica de establecer el sorteo de los interpelantes en el momento mismo del debate.

En torno al contenido, su propuesta de lograr la pacificación generó interés en sus contendoras y marcó el debate, pues luego fue conectando con otras participaciones.

Indicó que sin duda faltaron temas que abordar en el debate, pero que fue importante centrarse en los problemas de la inseguridad y de la pobreza que tanto preocupan a la ciudadanía.

Por su parte, Blanca Sacancela, del movimiento Creando Oportunidades (CREO), lista 21, indicó que más allá de señalar ganadores o perdedores, este espacio fue histórico para la democracia y quedará instaurado para siguientes procesos electorales.

Destacó que la mayoría de aspirantes a esa dignidad haya participado. “La ausencia de dos de ellos no le quitó el peso al evento”, opinó.

Sacancela explicó que la gran cantidad de candidatos y el formato no permitieron el contraste de ideas, “pero sin duda el país pudo conocer la valía de los perfiles y las propuestas de los candidatos”. “El tiempo siempre es corto, a algunos, me incluyo yo, nos ganaron los nervios, nos pudimos equivocar, pero todos pudimos exponer los cambios que necesita el Ecuador”.

Inés Díaz, de Sociedad Unida Más Acción (SUMA), lista 23, comentó que inicialmente se determinó que se abordarían temáticas sobre economía y desarrollo, pero que luego pidieron hablar de otras problemáticas como el IESS, lo cual generó un desfase.

Destacó el trabajo logístico desarrollado por la Universidad Bolivariana, pero cuestionó “el abandono de los medios públicos y la inicial falta de apoyo del Consejo Nacional Electoral”.

Consideró que en adelante se debe fortalecer este tipo de debates, pero debe tener un lenguaje inclusivo de señas o una traducción simultánea al kichwa. (I)