El regreso del expresidente Abdalá Bucaram Ortiz a una contienda electoral no fue suficiente para que Fuerza Ecuador (FE), el partido que sustituyó al desaparecido PRE, pueda acercarse a los 455.187 votos (4,8%) que obtuvo en el 2017, cuando su hijo Abdalá (Dalo) Bucaram Pulley compitió para llegar a Carondelet.
Bucaram encabezó la lista de asambleístas nacionales por FE, pero ni él ni ninguno de sus coidearios, algunos de la era roldosista, lograron una curul en la Asamblea Nacional. La votación de esos candidatos apenas alcanzaba 60.008 sufragios (0,86%) hasta la mañana de ayer.
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Y Carlos Sagnay de la Bastida, candidato presidencial que compitió por FE y al que Bucaram quitó el apoyo en la recta final de la campaña porque no lo defendía de las acusaciones de corrupción, lograba solo 25.986 votos, el 0,28%, ubicándose entre los últimos puestos.
Los resultados son los peores que ha obtenido Bucaram desde 1988 cuando comenzó a participar en una contienda presidencial. En ese año, compitiendo en segunda vuelta con Rodrigo Borja, el desaparecido PRE llegó a 1′572.651 votos, 47,2%. Su pico de votación se registró en 1996 cuando ganó en segunda vuelta las elecciones frente a Jaime Nebot con 2′285.387 sufragios, 54,5%.
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Después de años de estar en el exilio y alejado de una participación electoral, Bucaram intentó en estas elecciones acercarse a los votantes de sectores populares. Entró a la campaña tras lograr una medida de habeas corpus que lo libró del arresto domiciliario que se había dispuesto en agosto del 2020 por el supuesto delito de delincuencia organizada relacionada con la compra de insumos durante la pandemia.
Subido en un camión, desde el que tiraba pelotas de plástico, recorrió sectores de Guayaquil buscando el respaldo. Además visitó otras ciudades de la Costa y Sierra. Sus hijos no lo acompañaron. Dalo y Michel están fuera del país a causa de un proceso por asociación ilícita por la venta de insumos médicos. Jacobo está detenido en la Cárcel 4 de Quito.
Ese electorado que en el 2017 apoyó a Dalo, que en ese momento parecía marcar una posible renovación en las filas roldosistas, se redujo a los mínimos este 2021. La presencia activa de Bucaram no alcanzó para llegar ni al 1% a nivel nacional y no superó el 1,4% en los distritos de Guayaquil.
César Ulloa Tapia, docente universitario y politólogo, considera que la votación de FE es un fracaso y un rechazo al líder histórico de la corriente populista más importante desde la transición a la democracia.
“Posiblemente le afectaron las denuncias que tienen él y su familia, además hay una generación nueva que no tiene la idea de quién es y si la tiene, el imaginario es de un gobierno efímero, que no ha tenido una buena reputación”, dice.
Pero Bucaram tiene razones diferentes para justificar ese resultado. Aduce que la baja votación que le atribuyen no corresponde a una realidad que reflejaban encuestas, sino a una “sustitución” de votos dispuesta por oligarquías y el Gobierno. Su votación, afirma, fue a otro candidato.
“Esto es el inicio de una guerra electoral que se avecina en el futuro. Nosotros no vamos a desmayar, esto recién empieza. Me han hecho una trampa escandalosa”, sostiene el exmandatario, quien agrega que ahora se enfocará en defender a su familia.
Guillermo Castro, expresidente de la Corte Superior de Justicia y candidato a asambleísta nacional por FE, dice que no entiende el porqué se registra una votación baja en la lista de asambleístas nacionales cuando tenían buenas propuestas y en los recorridos que realizaron con Bucaram observaban “recibimientos efusivos” en varias ciudades, algo así como en la campaña del 96.
Al igual como refiere Bucaram, Castro señala que hubo una campaña de desprestigio mediático en contra de la familia del exmandatario y se buscó la manera de que él no llegue a la Asamblea.
En Guayaquil, la votación de FE fue reducida, apenas llegaba -hasta la mañana de este jueves- a 9.522 sufragios en los tres de los cuatro distritos en los que participaron. Eso significaba entre el 0,53 % y 1,31 % de los votos.
En el distrito 2, cuya lista la encabezaba Fernando Rosero, contralor en el gobierno de Bucaram, registraba solo 2.074 votos. En el distrito 3 tenían 2.094 y en el distrito 4, 5.354. Rosero se abstuvo la tarde del martes de comentar la baja votación que lograron y prefirió que Bucaram se refiera al tema.
“Que ellos se preocupen de investigar sus votaciones, porque definitivamente deben haber sufrido lo que yo sufrí”, responde Bucaram ante la reducida votación en esos distritos.
El exmandatario no teme que FE desaparezca por esta reducida votación debido a que no tiene una tarjeta amarilla. Además, anticipa que pretende pedir la restitución del PRE. Él asevera que su carrera política no termina aquí. Ahora deberá defenderse con la reactivación de los procesos judiciales en su contra. (I)
Fue un error histórico escoger (a Carlos Sagnay). Me dijo que tenía su campaña totalmente financiada y cuando llegaba a mis actos llegaba en bus o en taxi, no compró una adhesiva. No es una persona recomendable para una candidatura a futuro.
Abdalá Bucaram, candidato a asambleísta