Investigadores a cargo de la Encuesta Científica de Liberación Temprana de la Evolución Cósmica (CEERS) descubrieron el agujero negro supermasivo activo más distante con ayuda del telescopio espacial James Webb.
A la galaxia se la denominó como CEERS 1019 existió alrededor de 570 millones de años después del Big Bang, suceso que los científicos consideran como el inicio del universo.
Publicidad
Además se identificaron once galaxias que existían cuando el universo tenía entre 470 y 675 millones de años. Para estos descubrimientos se combinaron imágenes de infrarrojo cercano y medio del telescopio así como espectros.
La NASA detalló que CEERS 1019 tiene un peso menor al de otros aguajeros negros del universo primitivo ya que registra tan solo 9 millones de masas solares.
Publicidad
“El agujero negro dentro de CEERS 1019 es más similar al agujero negro en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, que tiene 4,6 millones de veces la masa del sol. Este agujero negro tampoco es tan brillante como los gigantes más masivos detectados anteriormente”, se indicó.
Esta galaxia además está ingiriendo gas y visualmente se percibe como tres grupos brillantes y no como un disco circular.
Investigadores también detectaron un par de agujeros negros en los datos. Uno de ellos fue el CEERS 2782 que se encuentra a 1.100 millones de años después del Big Bang y no tenía polvo para oscurecer su vista del telescopia. Mientras que el segundo se deominó CEERS 746 y se estima que tiene menos de 1.000 millones de años después de la gran explosión.
“El agujero negro central es visible, pero la presencia de polvo sugiere que podría estar dentro de una galaxia que también está bombeando estrellas con furia”, indicó Dale Kocevski de Colby College.
Lo que tienen en común con el CEERS 1019 es que son pesos ligeros.
Los científicos consideran que con los descubrimientos del telescopio se podría acercar la explicación de la formación de los primeros agujeros negros.
“Este conjunto, junto con otras galaxias distantes que podamos identificar en el futuro, podría cambiar nuestra comprensión de la formación de estrellas y la evolución de las galaxias a lo largo de la historia cósmica”, señaló Seiji Fujimoto de la Universidad de Texas. (I)