El ambiente de tensión continúa latente en México, cuatro días después de que la embajada de este país en Quito fuera interferida por la Policía Nacional del Ecuador para capturar a Jorge Glas, a quien el mandatario mexicano le concedió el asilo político. Las relaciones diplomáticas entre ambos países se rompieron, y los ciudadanos culpan a sus dirigentes por tomar las decisiones que llevaron al conflicto internacional.