Stockton Rush, el fundador de OceanGate y uno de los cincos fallecidos tras la implosión del submarino Titan, estaba consciente de que algo negativo podría ocurrirle al transporte. El director ejecutivo fue previamente avisado de que el sumergible no era del todo seguro, pero no siguió las recomendaciones. Así lo muestran correos electrónicos que Rush intercambió con Rob McCallum, un destacado especialista en exploración de aguas profundas.
Los correos tendría la fecha de marzo de 2018, cinco años antes de la tragedia. En estos, el especialista le advirtió que estaba colocando a él y a sus clientes en una situación peligrosa. A lo que Rush respondió que ya había antes la posibilidad de que iba a matar a alguien y lo consideraba un “grave insulto personal”.
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“Hemos escuchado los mensajes infundados de ‘vas a matar a alguien’ con demasiada frecuencia... Tomo esto como un grave insulto personal”, escribió Rush a McCallum tras ser advertido sobre las consecuencias del sumergible. Además, recalcó que la industria quería evitar que las personas se interesen en este nuevo y pequeño mercado. “Estoy bien calificado para comprender los riesgos y problemas asociados con la exploración submarina en un vehículo nuevo”, escribió el CEO que murió dentro del submarino.
McCallum continuó indicando el peligro al que se estaba exponiendo. “Hasta que un sumergible sea clasificado, puesto a prueba y comprobado, no debe usarse para operaciones comerciales de buceo profundo. Hay mucho más en juego en esto que el Titán y el Titanic”, dijo.
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“Te imploro que tengas mucho cuidado en tus pruebas y ensayos en el mar y que seas muy, muy conservador”, añadió el especialista en aguas profundas. “Por mucho que aprecie el espíritu empresarial y la innovación, potencialmente estás poniendo en riesgo a toda una industria”, le imploró a Rush. Según lo establecido por el especialista, la nave no estaba certificada ni clasificada para realizar operaciones comerciales.
“Estoy bien calificado para comprender los riesgos y problemas asociados con la exploración submarina en un vehículo nuevo”, escribió el CEO fallecido en la implosión. McCallum finalizó con: “Serán las pruebas en el mar las que determinen si el vehículo puede servir para lo que pretendes hacer con él, así que nuevamente, ten cuidado y mantente a salvo”.
El sumergible partió el pasado 18 de junio, a pocas horas de emprender el viaje, se perdió la comunicación con la embarcación. La Guardia Costera de Estados Unidos confirmó el 22 de junio que los cinco hombres a bordo murieron después de lo que probablemente fue una “implosión catastrófica” del Titán.
Las otras 4 personas que murieron son: el empresario británico Hamish Harding; el buceador francés Paul-Henri Nargeolet; y el empresario nacido en Pakistán Shahzada Dawood y su hijo, Suleman, que eran ciudadanos británicos. (I)