De acuerdo con expertos rusos, Rusia tiene dos opciones tras el “no” que recibió de Estados Unidos y la OTAN a las garantías de seguridad que exige para frenar la expansión de la Alianza Atlántica y el emplazamiento de armas ofensivas cerca de sus fronteras: rebajar la tensión o aumentarla. Lo más probables es que optará por redoblar el desafío.