Los gritos, que provenían de una acalorada discusión, despertaron a un niño de 11 años. En su casa peleaban esa noche su madre y su exmarido.

El niño llamó al 911 para que interviniera y una comisión del Departamento de Policía de Indianola, en Misisipi, Estados Unidos, llegó a la vivienda. Pero, quien resultó herido en el procedimiento fue el menor de edad.

La madre de Aderrien Murry y su expareja salieron de su vivienda con las manos en alto al atender el llamado de la Policía. El menor irrumpió en la sala de su casa y un oficial accionó su arma. Al piso cayó baleado el hijo de la mujer.

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Los hechos sucedieron en mayo de 2023 y la mamá de la víctima presentó “una demanda por 5 millones de dólares en contra de la ciudad por fuerza excesiva”, informó Noticias Univisión el 7 de enero de 2024.

Reseñó Noticias Univisión que las imágenes grabadas por la cámara corporal del agente salieron a la luz.

Ese oficial, en CNN en Español, lo identificaron como Greg Capers.

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Qué pasó con el niño de Misisipi

La madre del niño, Nakala Murry, “pidió a Aderrien que llamara a la Policía después de que el padre de otro de sus hijos llegara a su casa pasadas las 4:00 de la madrugada”. Estaba “iracundo”.

Cuando el menor se desplomó, la madre entró en absoluta desesperación y trataba de detener la sangre. La bala había impactado el lado derecho del pecho de su hijo.

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Aderrien Murry, declaró luego a CNN que durante esos minutos cantó la canción evangélica “No weapon formed against me shall prosper” (Ninguna arma forjada contra mí prosperará). “Luego le dijo a su madre que le manifestara a su familia y a su profesor que “sentía lo que había hecho”.

Aderrien declaró a CNN “que había dicho a la operadora que el hombre no tenía un arma”. Además, “uando la Policía llegó a la casa, Nakala también dijo a la policía que su expareja no tenía un arma”.

Aderrien, con mucha madurez, narró: “La policía gritó a todos los que estaban en la casa que salieran con las manos en alto”. “Solo intenté seguir las órdenes de la Policía, pero supongo que no funcionó”, señaló.

El niño fue intubado y conectado a un respirador artificial, informó CNN. “Tenía un pulmón colapsado, costillas fracturadas y el hígado lacerado”, declaró la madre a la prensa estadounidense.

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Se sintió como una Taser, como un gran puñetazo en el pecho.

Aderrien Murry

El menor declaró hace unos meses, igualmente, que a raíz de lo sucedido a su mente llega una imagen recurrente: “A veces pienso que la gente me observa. Pero lo principal en lo que pienso soy yo muerto, dentro del ataúd”.

(I)

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