La muerte del jefe de la milicia Wagner y de dos de sus dirigentes asestó un duro golpe al grupo paramilitar, aunque el modelo, indirectamente vinculado al Estado ruso, probablemente sobreviva, sostienen analistas.

Yevgueni Prigozhin, su mano derecha Dmitri Utkin y el comandante operativo del grupo Valeri Chekalov murieron el miércoles cuando el avión en el que viajaban se estrelló cerca de Moscú.

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Desde entonces, los movimientos rusos de extrema derecha cercanos al sector militar lamentan la desaparición del grupo, señaló Lucas Webber, cofundador de la red de investigación Militant Wire.

“Describen una élite política y militar decadente, corrupta y desconectada de la realidad del frente. Prigozhin, en cambio, era considerado como un personaje valiente que no temía criticar a la jerarquía militar y visitaba con frecuencia a sus hombres en combate”, explicó a la AFP.

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Por lo pronto, el presidente ruso, Vladimir Putin, se movió rápidamente y firmó este viernes un decreto que obliga a los miembros de grupos paramilitares a prestar juramento a Rusia, como hacen los soldados del ejército regular, dos días después de la supuesta muerte del jefe de Wagner, Yevgeny Prigozhin.

El decreto, publicado en la página web del gobierno, les obliga a jurar “fidelidad” y “lealtad” a Rusia y a “cumplir estrictamente las órdenes de los comandantes y superiores”.

Muchos analistas resaltan que Moscú, pese a los problemas, no puede prescindir de una herramienta como esa, que demostró su valía a lo largo de los años en África, Oriente Medio y en los combates de Ucrania desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022.

Rebelión

Prigozhin se sublevó a fines de junio contra el Estado Mayor y el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, apoderándose de cuarteles del sur de Rusia y emprendiendo una marcha de sus tropas hacia Moscú.

Durante el levantamiento, de 24 horas, el presidente ruso, Vladimir Putin, acusó a su exaliado de “traición”.

La muerte de Prigozhin deja ahora la vía libre a Putin para repensar la estructura de este imperio paralelo, que probablemente pagó por creído más fuerte de lo que era. Y del sector de las sociedades militares privadas rusas (SMP).

“Una lección que Putin probablemente aprendió del motín de junio es el peligro de dar tanto poder y responsabilidad (...) a un solo hombre”, escribió Catrina Doxsee, especialista en mercenarios del laboratorio de ideas CSIS de Washington.

“Rusia tratará de conservar el modelo de las SMP para su política exterior y su asistencia en materia de seguridad, pero es probable que el mercado se diversifique” para evitar la emergencia de un nuevo Prigozhin, añadió.

Ya hay varios grupos en la lista, como Redut, Convoy o Patriot.

“Para que esto funcione, se requiere una serie de parámetros, entre ellos contar con la escucha y la capacidad financiera de Putin y disponer de una herramienta de influencia”, resume Lou Osborn, de la oenegé All Eyes on Wagner y coautora de un libro sobre el grupo.

Estas sociedades “tienen mucha menos presencia y están menos formadas que Wagner, pero tienen su misma estructura”, precisa.

La investigadora ya ha notado la llegada a otros grupos de exmilicianos de Wagner y los estrechos vínculos de esas milicias el GRU, los servicios de inteligencia militar rusa.

Al igual que con Wagner, el Kremlin podría jugar un doble juego. Por un lado controlar y apoyar a estos grupos, pero manteniendo una distancia suficiente para no tener que responder por sus acciones, sobre todo en África.

“Es probable que el Estado ruso ejerza un control más directo sobre las SMP en los países extranjeros, sin admitir totalmente que están bajo la autoridad directa del Kremlin”, analizó Aditya Pareek, del Instituto de Inteligencia Privada británica Janes.

Nuevo nombre

El futuro de Wagner, de momento, se encuentra envuelto en la incertidumbre.

“No puedo decir nada ahora mismo [al respecto], no lo sé”, declaró el viernes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, se dijo dispuesto a recibirlos con los brazos abiertos, tal como ya hizo con Prigozhin y muchos de los mercenarios que participaron en el motín de junio.

“Wagner vivió, vive y vivirá en Bielorrusia”, afirmó Lukashenko, citado por la agencia estatal Belta. “El núcleo [de Wagner] permanece aquí (...) Dentro de algunos días, todo el mundo estará aquí, hasta 10.000 personas”, añadió.

Una mujer pasa junto a un mural que representa el logo del grupo mercenario ruso Wagner en Belgrado el 20 de enero de 2023. Foto: -- OLIVER BUNIC

La especialista Catrina Doxsee piensa que la milicia podría adoptar “un nuevo nombre” que las empresas de su órbita “podrían dividirse en entidades separadas”, sin excluir su nacionalización.

Paralelamente, este viernes el Comité de Investigación del accidente del avión en que viajaba Prigozhin anunció en redes sociales: “En las primeras labores de la investigación, encontramos los cuerpos de las 10 víctimas en el lugar donde se estrelló el avión”, al noroeste de Moscú. (I)