Para determinar la peligrosidad volcánica de un territorio es necesario tener en cuenta varios factores. El primero de ellos es la probabilidad de que se produzca una erupción en un determinado tiempo. Por otro lado, es importante el tipo de erupción, es decir, si es explosiva, vulcaniana o de otro tipo. También se valora la posibilidad de que haya efectos derivados, como deslizamiento de laderas, tsunamis o lahares. Por último, se evalúa la topografía del terreno por donde deslizarán las coladas de lava.