En febrero de 2017 en Karangasso, en el suroeste de Mali, en las zonas fronterizas con Costa de Marfil y Burkina Faso, la monja colombiana Gloria Cecilia Narváez se convirtió en una de las personas secuestradas por el grupo yihadista Nusrat al Islam wal Muslimin, activo en la región del Sahel y aliado con Al Qaeda. No se supo de su paradero hasta meses más tarde.