El caso de Julian Assange se ha extendido demasiado y los australianos lo quieren de vuelta en su país, aseguró el primer ministro de Australia, Anthony Albanese, en una sesión en el Parlamento de Camberra.

En un video publicado en su cuenta de X, el funcionario señaló: “No hay nada que ganar con su continuo encarcelamiento, y lo queremos de vuelta en casa, en Australia. Nos hemos involucrado y defendido los intereses de Australia para asegurar un resultado positivo”.

Assange, de 52 años y nacionalidad australiana, es acusado por Estados Unidos de hasta 18 delitos por violar la Ley de Espionaje debido a una de las mayores filtraciones de información clasificada en la historia de Estados Unidos en 2010, que reveló secretos de las guerras de Irak y Afganistán, así como datos sobre los detenidos en la base de Guantánamo, entre otros asuntos.

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Albanese acotó que “a la vez que acogemos estos rápidos eventos, reconocemos que estos procedimientos son cruciales y delicados”, al prometer más declaraciones una vez que concluya la larga batalla legal.

El Gobierno de Albanese, quien asumió en mayo de 2022 el poder, había solicitado en varias ocasiones a Washington que desistiera de extraditar a Assange, algo a lo que el presidente estadounidense, Joe Biden, respondió en abril pasado que lo estaba “considerando”.

El creador del portal WikiLeaks dejó ayer, lunes 24 de junio, la prisión de alta seguridad británica donde estaba recluido y ya abandonó el Reino Unido con el objetivo de volver a Australia.

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Según el acuerdo alcanzado con el Departamento de Justicia, Assange se declarará culpable el miércoles, durante una audiencia judicial, de un solo cargo por conspirar para obtener y difundir ilegalmente información clasificada.

En 2019, el periodista fue detenido en la prisión de alta seguridad de Berlmarsh, en Reino Unido a raíz de que ese mismo año la embajada de Ecuador en Londres, en cuyo interior Assange se refugió durante siete años, le retirara el asilo concedido en 2012. (I)