Elba, una abuela de 88 años, recibió de manos de su nieta un regalo por el que esperó toda la vida: una muñeca, la que siempre deseó para celebrar el Día del Niño.
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De adulta tuvo una, pero la prestó y no se la regresaron. La nueva muñeca se la obsequió su nieta y la bautizó con el nombre de Marisa
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Elba, una abuela de 88 años, recibió de manos de su nieta un regalo por el que esperó toda la vida: una muñeca, la que siempre deseó para celebrar el Día del Niño.
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“Era de esperarse. Los pongo a trabajar y salen con su acción de protección”, escribió el presidente de la Asamblea más temprano.
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