El Departamento de Seguridad Nacional de los EE. UU. asegura que el migrante salvadoreño deportado por error y que actualmente se encuentra en una megacárcel de alta seguridad, tenía antecedentes de violencia.

“Kilmar Abrego García tenía antecedentes de violencia y no era el honesto ‘hombre de Maryland’ que los medios de comunicación lo retrataron”, indica el Departamento de Suguridad.

El ente mostró documentos judiciales, donde se indica que la esposa del migrante solicitó una orden de restricción por violencia doméstica contra él, alegando que la golpeó, arañó y le arrancó la camisa, entre otros daños. “Este miembro de la pandilla MS-13 no es una figura simpática”, se indica.

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Ábrego García fue expulsado junto a un grupo de más de 200 personas, en su mayoría venezolanos acusados de formar parte de la banda criminal Tren de Aragua, a pesar de que el juez federal James Boasberg había ordenado prohibir las deportaciones de migrantes bajo la ley de 1798.

Desde entonces está en una megacárcel de alta seguridad a pesar de la orden de una jueza federal estadounidense, respaldada por la Corte Suprema, que pide que sea llevado de vuelta.

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El gobierno de Donald Trump dice que no está en sus manos hacerlo volver.

El presidente salvadoreño Nayib Bukele, recibido por Trump el lunes en la Casa Blanca, afirmó que él tampoco tiene “el poder” de enviarlo de regreso a Estados Unidos.

El sábado un funcionario del Departamento de Estado confirmó por primera vez que Ábrego “está vivo y seguro” en la prisión de El Salvador, conocida como Cecot. A la fecha han sido enviados 288 deportados a El Salvador acusados de ser criminales y todos fueron encerrados en el mismo penal.

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El Ejecutivo estadounidense se niega a dar información sobre las medidas adoptadas o previstas para su regreso y hace una lectura singular del fallo de la Corte Suprema. Considera que el tribunal solo pide que “levante obstáculos internos que de otra manera impedirían que este extranjero regresara” a Estados Unidos. (I)