Malik Ibrahim perdió a gran parte de su familia. Hoy siente que se apaga la luz de la esperanza. Anudando en su garganta las lágrimas, se unió a las labores de salvamento, búsqueda y rescate de víctimas en Siria, tras el terremoto con epicentro en Turquía. Él busca desesperadamente a 30 parientes.