A sus 11 años, la vida de Ryan Logan cambió. Los dolores de cabeza y problemas visuales se agudizaron. Le fue detectada tenía una malformación arteriovenosa cerebral (MAV). Eso, en palabras de su padre, era como “tener una bomba de tiempo en que puede estallar en cualquier momento”.

Ryan disfrutó de una infancia normal. Sus padres recuerdan que jugaba al fútbol, baloncesto y al golf. Además, iba a clases de estudiantes avanzados.

“Lo que da miedo de la MAV es que muchas veces no presenta ningún síntoma”, dijo Mark Logan, publicó Today.

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Un día, contaron, a Ryan “le dolía tanto la cabeza que no se levantó de la cama hasta tarde”. Presentaba cefaleas y alteraciones visuales dos o tres veces al día, por lo que sus papás, Sherri y Mark Logan, lo llevaron a un oftalmólogo y a un neurólogo.

Tras comunicarles que el chico, en ese entonces de 11 años, tenía una MAV quisieron saber qué hacer, cuál sería el tratamiento, escucharon lo impensable.

-”Dijeron: ‘Adelante, vive tu vida’. No hay nada que podamos hacer. Es demasiado arriesgado’”, narró al referido medio Sherri Logan.

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“Fue devastador”, dijo Sherri. “Pensábamos (...) tenemos que hacer algo, pero entonces Ryan tuvo una hemorragia cerebral espontánea en septiembre de 2014″.

Qué es una malformación arteriovenosa cerebral

A los Logan les explicaron, divulgó Telemundo, que la MAV “es un amasijo de vasos sanguíneos que se han formado incorrectamente y que a menudo son hallados en el cerebro”.

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Esos vasos sanguíneos “no están conectados correctamente y pueden tener paredes débiles, lo que los hace propensos a las hemorragias. La MAV de Ryan era de grado 4 en una escala de 0 a 5, donde 5 es el más grave”.

Las malformaciones arteriovenosas, según la Biblioteca Nacional de Medicina, “son crecimientos anormales de arterias y venas que suelen desarrollarse como una pelota de goma elástica. Están conectadas entre sí pero no tienen capilares, lo que significa que la sangre fluye a gran velocidad a través de ellas”, publicaron en Noticias Telemundo.

Ese intenso flujo sanguíneo puede debilitarlas y hacerlas propensas a reventar.

Ryan se recuperó, pero había que tratar la MAV, señalaron los medios de Estados Unidos.

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La cirugía

A los Logan les plantearon recurrir a una embolización en el Centro Médico Memorial Hermann-Texas de Houston.

“Disparan pegamento hasta el cerebro alrededor de la MAV para cortar parte del suministro de sangre, de modo que se detenga el flujo (de sangre) durante la cirugía real para extirpar (la MAV)”, explicó detalladamente Sherri Logan a today.com.

Los médicos esperaban extirpar la MAV después del procedimiento, pero la malformación colapsó sobre sí misma.

“(Ryan) sufrió una hemorragia cerebral masiva en la mesa de operaciones… Tuvieron que arrancarle el cráneo”, contó la madre.

Los médicos “también le perforaron un agujero en el cráneo para aliviar parte de la presión del sangrado”.

Durante la embolización, “pudieron extirpar una parte de la malformación arteriovenosa, MAV”.

Se instaló implante cerebral de Neuralink

La recuperación

“Ryan tuvo que volver a aprender todo”, manifestó Mark Logan. “No habló durante seis meses”. Caminar de nuevo le llevó un año.

El chico, que pasó seis semanas conectado a un ventilador en la UCI, fue llevado a un centro de rehabilitación para pacientes hospitalizados durante varios meses. Finalmente, volvió a casa, celebró Sherri Logan.

“Creen que se nace con ella (con malformación arteriovenosa cerebral). La mayoría de la gente no sabe que tiene una hasta que sangra.

Sherri Logan

Los padres crearon fundación para casos de malformación arteriovenosa

Los Logan dijeron que conocieron al Dr. Roc Chen, radiólogo neurointervencionista y neurocirujano de UTHealth Houston Neurosciences.

Tras la conversación decidieron crear “una organización sin fines de lucro, la AVM Research Foundation, para recaudar dinero para ayudar a Chen a investigar la afección”.

A lo largo de los años, Ryan Logan se ha sometido a cuatro cirugías cerebrales para ayudar a abordar la MAV y las complicaciones relacionadas con ella, indicaron en today.com

El propio Chen se describió sorprendido con el gesto de los Logan: “Comenzaron esta fundación sabiendo que tal vez no beneficiaría a Ryan en absoluto porque su evento ya había ocurrido. Me decían que realmente quieren evitar ver a otros niños (en esa situación)”.

Ryan, hoy de 21 años, todavía está en rehabilitación. En su última cirugía (2019), los médicos extirparon la MAV restante y separaron los dos lados del cerebro para detener sus convulsiones.

Ryan Logan no se rinde. Juega golf aunque tiene parálisis persistente en su brazo izquierdo. No tiene visión periférica en el lado izquierdo y presenta algunos problemas con la memoria a corto plazo y la planificación motora.

Mark Logan afirmó a Today sobre su hijo: “Tiene buena actitud” y se alegra de que la fundación pueda ayudar a otros. (I)

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