Desde que supieron con certeza que el Vaticano gobernaría la Legión a raíz de los escándalos sexuales de su fundador, a los Legionarios de Cristo les tomó tan sólo 20 días poner en marcha un complejo esquema financiero para recibir dinero lejos del alcance del Vaticano, que investigaba las denuncias por pederastia de su fundador, Marcial Maciel.