Las pruebas que se presentaron para condenar a cadena perpetua a ecuatoriana en Estados Unidos por la muerte de su hija

A 9 meses desde que se descubrió la muerte de la pequeña de 16 meses, Jaylín, en Ohio, debido al abandono de su madre, la ecuatoriana Kristel Candelario, se dictó una sentencia.

Este lunes 18 de marzo, el juez del Tribunal de Apelaciones Comunes del condado de Cuyahoga, Brendan J. Sheehan, dictaminó la cadena perpetua por el cargo de asesinato y ocho años de prisión por poner en peligro a un menor de edad.

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Candelario dejó a la menor por diez días sin el cuidado de nadie mientras ella viajaba a Detroit, Puerto Rico y Michigan. Fue encontrada sucia con orina y heces en un dispositivo infantil. La autopsia reveló que la niña murió de hambre y deshidratación severa.

Dentro de la audiencia de este lunes, la parte acusadora dio a conocer las pruebas que imputaron el comportamiento de Candelario así como intención de sus acciones.

Una de las primeras evidencias que se encontró fue un consumo que había hecho el 4 de junio del 2023 en Michigan. Volvió a Ohio, dos días después por la mañana, lo que hace presumir a los investigadores que la menor estuvo sola durante dos días.

La tarde de ese día en cambio se la ve abordar su vehículo con una maleta hacia Detroit. El 8 de junio tomó un vuelo en la aerolínea Spirit con destino a Puerto Rico donde se mantuvo hasta el 11 de junio. Se encontraron los boletos además de fotos en su teléfono móvil donde se la observaba abrazada de varias personas y se cuestionó que se argumente que los medicamentos influenciaron en sus decisiones.

Ecuatoriana fue condenada a cadena perpetua por la muerte de su hija de 16 meses en Estados Unidos

En un video de la madrugada del 9 de junio se escuchó a la menor llorando. Al retornar de Puerto Rico llegó a Michigan para encontrarse con un ‘compañero’. Con el que está desde el 12 hasta el 15 de junio. Retorna a Ohio el 16 de junio alrededor de las 07:00 e ingresó y encontró a su hija fallecida.

“Ella se tomó el tiempo de revestirla y llamó al 911″, indicaron desde la parte acusadora.

En la llamada se la escucha gritar con desesperación y pide ayuda. Mientras escuchaba la grabación, Candelario lloraba. “Ella no responde, está blanca”, dijo en la llamada.

Una de las imágenes que más impactaron fue la del corral en la que se encontraba y donde había evidencias de heces fecales y orina.

En la primera entrevista con la Unidad de Homicidios, Candelario dijo que la menor estaba vomitando en dos ocasiones y que la estaba controlando. Añadió que eso había pasado en los últimos cuatro días y omitió su salida de la ciudad.

“La última noche ella estaba llorando mucho y vi en un momento cuando me estaba tomando una ducha y ella estaba gritando y probablemente pudo ser de dolor”, explicó.

Dos días después vuelve a ser interrogada, pero esta vez ya en calidad de detenida y acusada de homicidio. La entrevista la hizo el sargento de policía de Cleveland, Teresa Gómez, y el detective TJ Powell de la Unidad de Homicidios de la Policía de Cleveland.

Ante la pregunta de por qué no llevo a la niña al salir de la ciudad, Candelario dijo: “porque yo pensaba que iba a regresar el viernes y me iba a quedar con ella. Era algo rápido, eventual”.

También intervinó la especialista que realizó la autopsia que reveló que se encontró restos de heces en los dedos y uñas de la pequeña así como los labios en los que se interpreta que trató de comérselas para estar con vida.

Candelario dio unas palabras en la que señalaba que tenía mucho dolor por la pérdida de su hija y que no trataba de justificar sus actos.

“Todos los días le pido perdón a Dios y a mi hija Jaylín. Soy una persona creyente de Dios y reconozco hoy que todos y todas en muchas ocasiones somos tentados por el enemigo. Dios y mi hija me han perdonado, quisiera pedir perdón también a mi hija Amaia y a mis padres”, indicó.

Candelario, ahora de 31 años de edad, es madre de dos niñs Amaia y la fallecida Jaylín. (I)