El Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC) del Servicio Meteorológico de Estados Unidos pronosticó el desarrollo de una tormenta geomagnética G2 (moderada) que impactaría a la Tierra este jueves y puede extenderse hasta el viernes 3 de septiembre, aunque con mucha menor intensidad.

¿Pueden las emisiones solares afectar a la Tierra? En el caso de que fuera grado G4 o G5 se vivirían graves afectaciones como daños en la red satelital del planeta, apagones mundiales eléctricos y de las comunicaciones. Se trata de perturbaciones del campo magnético de la Tierra, que duran desde varias horas hasta incluso algunos días.

Publicidad

Las tormentas geomagnéticas se clasifican en una escala del 1 al 5, siendo 1 la más débil y 5 la que tiene el mayor potencial de daño. Pero no hay que desestimar su potencial, informa el organismo norteamericano, porque incluso una tormenta geomagnética G1 podría crear problemas: podría haber fluctuaciones débiles en la red eléctrica e impactos menores en las operaciones de los satélites.

Los impactos y las auroras (conocidas como aurora boreal) cambian a medida que aumenta la escala de tormenta geomagnética.

Publicidad

Las tormentas geomagnéticas o tormentas solares se producen por fuertes erupciones en el sol que emiten altos niveles de partículas solares, las cuales impactan contra la magnetósfera terrestre generando perturbaciones que, dependiendo de su nivel e intensidad, pueden durar horas o varios días.

Los modelos de pronóstico por computadora utilizados por los expertos en clima espacial sugieren que una eyección de masa coronal (CME) producida por la región 2680 en el Sol ya ocurrió el pasado 28 de agosto asociada con una llamarada para esto primeros días de septiembre, creando condiciones de tormenta geomagnética menor.

¿Cómo se producen?

Se producen por causas externas, concretamente por “un aumento brusco de las partículas emitidas en las erupciones solares que alcanzan la magnetosfera, produciendo alteraciones en el campo magnético terrestre”.

El gran problema de una tormenta de este tipo es que tiene un carácter global y que comienza “simultáneamente en todos los puntos de la Tierra”. Sin embargo, las amplitudes son diferentes dependiendo de la zona, “siendo mayores cuanto más altas son las latitudes”.

El Sol emite constantemente partículas, que es lo que conocemos como “viento solar”. Una tormenta geomagnética o solar puede ser potencialmente peligrosa, según reconocen los expertos de las agencias espaciales y la más grave se produjo en 1859 originando problemas electromagnéticos a escala global, auroras boreales y otras dificultades eléctricas, destaca 20 Minutos.

La frecuencia con que se producen está relacionada “con los periodos de la actividad solar, de unos 11 años de duración y que se conoce como ciclo solar”. (I)