El líder norcoreano Kim Jong-un conmemoró el 72º aniversario del armisticio de la Guerra de Corea con una ofrenda a los soldados chinos caídos, aunque sin la mención habitual de “relaciones amistosas” con Pekín, mientras alentó la confrontación “antiestadounidense” pese a las señales de apertura de Washington al diálogo.