Estatuas y monumentos protegidos gracias a sacos de arena, museos solicitando salvaguardar su arte, iglesias salvando a sus cristos y retablos, los bombardeos se han convertido en situaciones con las que todo tipo de áreas e industrias han tenido que convivir.

El museo de la Libertad de Kyiv fue uno de los primeros en pedir ayuda, justo antes de que Putin anunciara el inicio de la invasión rusa, declaró su director Ihor Poshyvailo al New York Times. Sin embargo, a pesar de que la concesión llevaba tiempo, no fue aprobada cuando más se la necesitaba.

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Tenemos una guerra no solo por el territorio, sino también por nuestra cosmovisión, historia, idioma, identidad, cultura. El enemigo busca destruirnos no solo físicamente, sino espiritualmente. Así, los objetos de los ataques son también nuestro patrimonio cultural. Tenemos que protegerlo como parte de nuestra identidad

Declaro el director tiempo después en su Facebook

Ucrania cuenta con museos de diversos tipos, desde pequeñas instituciones privadas hasta destacadas colecciones públicas en las que exponen piezas de reconocidos e históricos artistas como Goya, Rubens o Bellini, además de un retrato de la infanta Margarita, protagonista de Las meninas, que realizó Velázquez en 1659.

La joven infanta Margarita (c) aparece rodeada por su séquito de damas, un chaperón, una monja, los enanos bufones y un perro.

Las instituciones temen que la guerra no diferencie el legado que guardan detrás de sus puertas y por ello decidieron focalizarse en trasladar parte de sus obras a búnkeres aéreos.

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Pero en medio de las piezas salvadas y declaraciones de especialistas, los que verdaderamente tienen miedo son los museos de historia, aún más posterior a que Vladimir Putin negara en uno de sus discursos más “agresivos” el derecho de Ucrania a la existencia.

El presidente ruso, Vladimir Putin, en una fotografía de archivo. EFE/Aleksey Babushkin Ria Novosti-Kremlin Foto: ALEKSEY BABUSHKIN /RIA NOVOSTI / ALEKSEY BABUSHKIN /RIA NOVOSTI /

Amenazas que no se han quedado en palabras, diversos museos y esquinas artísticas ya han palpado las consecuencias, como el Museo Histórico y Cultural de Ivánkiv, el museo de antigüedades de Vasyl Tarnovkiy, la Catedral de la Asunción, la Universidad Nacional de Arte y la Academia de Cultura de Kharkiv, todos y más de estos lugares han sufrido el efecto de las bombas.

¿Y las soluciones?

La Unesco se pronunció y reforzó las medidas para proteger el patrimonio cultural del país, procediendo a arrancar una nueva evaluación con el objetivo de salvaguardar sitios como la catedral de Santa Sofía o los edificios monásticos de Kiev-Petschersk, que se encuentran en el foco de los soldados rusos, según denuncias de la inteligencia ucraniana.

Audrey Azoulay, directora general de la organización, declaró en un comunicado que “el primer reto es marcar los sitios y monumentos de patrimonio cultural para recordar su condición especial de zonas protegidas en virtud del derecho internacional”.

Protección en una de las iglesias del centro de la ciudad de Leópolis, patrimonio mundial de la Unesco, de un posible ataque ruso a esta ciudad del oeste de Ucrania. Foto: EFE/ Olha Kosova

Por otro lado, el subdirector general de la cultura de la Unesco, Ernesto Ottone Ramírez, asegura que la Unesco se encuentra en contacto con las autoridades ucranianas con el fin de señalizar los lugares y monumentos culturales con el ‘escudo azul’.

Esta señal se trata de un distintivo establecido en la Convención de La Haya en 1954 para la Protección de los Bienes Culturales en caso de conflicto armado, el objetivo es evitar daños deliberados. Rusia y Ucrania forman parte de los países obligados a respetar esta convención.

Hasta el momento se han registrado una docena de lugares prioritarios, incluidos los siete del patrimonio mundial, que cuentan con un sistema de vigilancia basado en el análisis de satélites que evalúan daños y del que se sirven la Unesco y el Instituto de Naciones Unidas para la Formación y la Investigación (Unitar). (I)