General Motors (GM) detuvo temporalmente la producción en su planta CAMI, ubicada en Ingersoll, Ontario, el 14 de abril. La decisión afecta a 1.200 trabajadores, quienes enfrentarán despidos temporales hasta al menos octubre.
Esta medida no es aislada, sino que responde a una combinación de factores: una demanda menor a la esperada de las furgonetas eléctricas BrightDrop y la reciente imposición de aranceles del 25% por parte del presidente Donald Trump a vehículos fabricados fuera del marco del T-MEC.
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La fábrica canadiense, especializada en vehículos eléctricos, cerrará sus puertas durante varios meses para realizar ajustes en sus instalaciones y reducir inventarios. Sin embargo, cuando reabra, lo hará con una estructura operativa más reducida: se mantendrá solo un turno de trabajo, lo que implicará la pérdida definitiva de unos 500 empleos.
Durante el primer trimestre de 2025, GM logró vender apenas 274 unidades de BrightDrop. Esta baja demanda ha sido uno de los motivos clave detrás de la pausa en la producción. A esto se suman las nuevas políticas comerciales de EE. UU., que imponen aranceles a vehículos canadienses y mexicanos que no califiquen bajo las reglas del T-MEC, lo que ha encarecido significativamente la exportación hacia el principal mercado de GM.
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El líder conservador canadiense, Pierre Poilievre, criticó duramente la medida del gobierno estadounidense: “El presidente Trump está traicionando al mejor amigo de Estados Unidos y atacando nuestra economía”.
Para Canadá, las nuevas barreras comerciales representan un desafío directo a su sector automotriz, altamente integrado con el de Estados Unidos.
El sindicato Unifor, que representa a los trabajadores de la planta, advirtió sobre el impacto que este cierre tendrá en la región, donde CAMI es el mayor empleador. Más allá de los trabajadores afectados, también se prevé un efecto en proveedores y pequeñas empresas locales.
Las repercusiones no se limitan a Canadá. En Estados Unidos, GM también ha enfrentado dificultades: en 2024, la empresa recortó más de 1.000 puestos en su división de software. Además, los efectos de la pausa en CAMI podrían extenderse a proveedores ubicados en estados como Michigan y Ohio, lo que pone de manifiesto la interdependencia del sector automotor norteamericano.
Aunque GM reafirmó su compromiso con los vehículos eléctricos, los resultados de BrightDrop hasta el momento han sido limitados, y persiste la incertidumbre sobre cómo responderá el mercado en los próximos meses. (I)