Tras el fallecimiento del sumo pontífice el pasado 21 de abril, los cardenales tienen la misión de seleccionar al sucesor de Francisco en un próximo cónclave con cerca de 130 cardenales electores. Si bien, todos ellos podrían resultar electos como pontífice, existen algunos con “mayores” posibilidades.
El cóncalve es un proceso marcado por el secretismo, ya que los cardenales no pueden tener contacto con el mundo exterior hata la elección del nuevo pontífice.
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Entre los 12 posible “papables” se encuetra el cardenal Fridolin Ambongo Besungu.
Fridolin Ambongo Besungu nació el 24 de enero de 1960 en Boto, provincia de Nord-Ubangi, en la República Democrática del Congo, en una familia católica compuesta por once hermanos.
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Inició su formación en filosofía en el seminario de Bwamanda y continuó sus estudios de teología en el Instituto Saint Eugène de Mazenod, en Kinshasa. Ingresó a la orden de los Frailes Menores Capuchinos (O.F.M. Cap.), realizó sus votos perpetuos en 1987 y fue ordenado sacerdote en 1988.
Actualmente se desempeña como arzobispo de Kinshasa y preside la Conferencia Episcopal Africana. Ha participado activamente en temas vinculados a la paz en la República Democrática del Congo.
Su trayectoria eclesiástica comenzó a nivel episcopal en 2004, cuando fue nombrado obispo de Bokungu-Ikela por el papa Juan Pablo II. En 2016 asumió como arzobispo de Mbandaka-Bikoro, y en 2018 fue designado arzobispo de Kinshasa.
En 2019, el papa Francisco lo nombró cardenal. Un año después, fue incluido en el Consejo de Cardenales, un grupo asesor del papa en asuntos de gobierno de la Iglesia. Durante un tiempo, Ambongo fue identificado como un cercano colaborador del pontífice. No obstante, en años recientes ha expresado desacuerdo con algunas decisiones del Vaticano, particularmente en torno a la bendición pastoral de parejas del mismo sexo.
En temas doctrinales, ha manifestado su posición en defensa de la familia, el celibato sacerdotal y los principios morales sostenidos por la Iglesia. (I)