“Veía morir a pacientes. Unas muertes horrorosas, al término de una larga agonía, pese a que en Occidente ya había tratamientos disponibles”, recuerda Soumya Swaminathan, científica jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) quien asistía a la muerte, a menudo atroz y evitable, de sus pacientes enfermos de sida hace 20 años.