Rebekah Koffler, una exanalista de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) consideró que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, “orquestó” la rebelión con el jefe mercenario de Wagner, Yevgeny Prigozhi, en una “falsa bandera clásica” para tratar de hacer creer a Occidente que su ejército se había debilitado.